Asesinar el castellano
Creo que EL PAÍS, por el predicamento que tiene, contribuye de modo considerable a asesinar la lengua castellana.¿Considera usted que los campesinos de la meseta, quienes aún se expresan en castellano, usan el lenguaje de los cronistas que llenaron las tres páginas primeras de EL PAÍS del 5 del corriente (edición de Barcelona)? ¿Le parece análogo este castellano al que Manuel Vázquez Montalbán usó en la última página de la misma edición? (Don Manuel, su artículo me habría gustado más, si usted hubiese evitado la tentación de escribir "desde la evidencia de que").
Consiéntame decirle, señor director, que buena parte de su diario está escrita en periodés, estilo que va superando las fronteras naturales de las lenguas y vive de tics desgastados que, por ser polisémicos, tienden a significar muy poco. Se trata de expresiones como en un intento, en lo que se interpreta unánimemente, la solución tiene que pasar por. A veces, el periodés pierde el juicio. En el artículo de la primera página, Karmal deja el poder en Afganistán al perder la confianza de Moscú, se lee: "La noticia del relevo de Kabul fue ofrecida por los medios de comunicación soviéticos con inusitada rapidez y en términos muy similares a los utilizados por la agencia y la radiotelevisión afganas, indicando que el partido le había agradecido los servicios prestados". ¿A qué o quién se refiere el pronombre le? La construcción del período no da lugar a dudas: el relevo. Sin embargo, no es esto lo que se quería decir.
El periodés llega a ser cómico. En el artículo de opinión El paréntesis austriaco se lee: "Sin embargo, el antiguo secretario general de la ONU ha logrado un número de votos lamiendo el 50%". Le confieso que tuve la tentación de sustituir "el 50%" por un pirulí de menta. Supongo que se quiso decir que Kurt Waldheim alcanzó un número de votos muy próximo al 50%. Es notorio que en castellano el gerundio solamente expresa simultaneidad de acción con el verbo principal. Con su modo de escribir, EL PAÍS sostuvo de manera muy original que Waldheim obtuvo los votos por haber lamido una metafísico 50%. Ponderando los indiscutibles méritos del diario que usted dirige, Carlos Elordi, corresponsal en Madrid del rotativo romano La Repubblica, escribía el 3 del corriente: "Una gráfica moderna, un estilo cuidado en la escritura (el subrayado es mío), en la titulación y en el modo de aproximarse a la noticia, pero sobre todo la independencia real de opinión, son los signos de identidad profesional del diario".
Yo sólo oso decir que la lengua no es una opinión, sino un código concreto. Naturalmente, no excluyo que alguien crea que el periodés es un estilo esmerado. De gustibus non disputandum, dice el adagio.-
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