Ocho mujeres en el Gobierno noruego de Gro Harlem
Una elevada proporción de mujeres, ocho de un total de 18 ministros, es la nota dominante en la composición del nuevo Gobierno noruego presentado ayer por Gro Harlem Brundtland. La dinámica líder del Partido Laborista noruego retorna al cargo de primera ministra del que fuera desalojada por la victoria de los partidos burgueses en las elecciones de 1981, aunque esta vez no por el juego normal de las elecciories sino a consecuencia de una crisis económica que se transformó en una crisis política y provocó el abandono del Gobierno del conservador Kaare Willoch.Gro Harlem, que asume su responsabilidad con amplio respaldo popular, según las encuestas, carece sin embargo de mayoría propia en el Parlamento, lo que le da a su Gobierno un signo de inestabilidad. La gran situación de la economía noruega como consecuencia de la caída de los precios del petróleo agrega, por otra parte, un dato más a ese carácter de inestabilidad.
Tras varios años de un crecimiento que transformó rápidamente a un país pobre en un Estado de bienestar, los noruegos se enfrentan a ajustes que son propicios para el descontento social y el enrarecimiento del clima político. La líder laborista tiene, sin embargo, posibilidades de superar esas dificultades. Cuenta para ello con un incuestionable respaldo partidario, con el respeto de sus adversarios y con una capacidad negociadora que se canalizará probablemente a lograr algún acuerdo con alguno de los partidos centristas del bloque burgués que nunca estuvieron totalmente identificados con la política de Kaare Willoch.
Aunque Gro Harlem presentará el próximo martes al Parlamento su declaración de Gobierno, han trascendido algunos aspectos de su política. Un cambio sustancial en el sistema impositivo se ha anunciado ya que tendrá como eje un claro sentido social, acorde con la filosofía del Partido Laborista y con lo que la propia primera ministra manifestó en sus críticas a la política económica del Gobierno conservador. Se espera una subida de los impuestos, pero de tal manera que los sectores de mayores ingresos serán los que soporten la mayor carga.
El otro aspecto importante en que la política noruega puede experimentar cambios es en el de la política exterior. Knut Frydenlund, un veterano socialdemócrata identificado con la línea exterior del partido, ocupará esa cartera. Si bien no cabe esperar cambios radicales en este aspecto, es seguro que Noruega mostrará una mayor independencia en los compromisos derivados de su pertenencia a la OTAN.
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