Hostigamiento al grupo integrista Hezbollah

Fuerzas militares sirias estacionadas en el valle libanés de la Bekaa persiguen, en los últimos días, a las unidades del grupo integrista Hezbollah (Partido de Dios), y disparan sobre ellas si no se rinden. Los jefes e instructores de ese grupo fueron llevados a Líbano desde Irán, entre 1984 y 1985, con el acuerdo total de las autoridades sirias.Observadores israelíes relacionan este cambio de actitud de Siria a la petición formulada desde hace meses por el jefe de los drusos de Líbano, Walid Jumblatt, al Gobierno de Damasco, de que actuara enérgicamente contra los integrantes de Hezbollah, los combatientes de Yihad Islámica y otros grupos integristas shiíes, cuyas bases se encuentran en la Bekaa libanesa, controlada por Siria. "Cada día, ciudadanos musulmanes, cristianos o judíos son asesinados. También los extranjeros. Si no detenemos este mal, puede ser el fin de Líbano", afirmó Jumblatt.

A esta postura del líder druso se ha sumado la solicitud, más discreta, pero de no menor peso, de Nabih Berri, líder de Amal y de los shiíes moderados de Líbano, de que se ponga fin a las actividades de grupos como Hezbollah. Berri se ha dirigido especialmente a. los dirigentes sirios para explicarles que si siguen tolerando "el terrorismo de los agentes de Irán", Líbano puede caer en una nueva guerra civil.

Tras el secuestro de cinco diplomáticos soviéticos, uno de los cuales fue asesinado, también la URSS se ha alineado en el campo anti Hezbollah. El Partido Comunista libanés pidió a Moscú que intercediera ante Damasco en el caso del secuestro de tres dirigentes comunistas, posteriormente asesinados.

Asimismo, y según fuentes israelíes, los servicios secretos sirios han descubierto que algunos hombres clave de Hezbollah estaban implicados en los recientes atentados registrados en Siria, participando en una lucha común contra "el régimen sin Dios" de Hafez el Asad.