Berrocal quiere enfrentar a González y Ojeda

José Luis Martín Berrocal, apoderado de Dámaso González -que torea esta tarde en Las Ventas-, quiere enfrentar al diestro albacetense, en un mano a mano, con Paco Ojeda. El polémico taurino, empresario de Madrid hace seis años, piensa que ambos toreros son de un corte semejante. "Y que conste", dice, "que no niego su categoría a Ojeda; simplemente, Dámaso es mejor porque hace las mismas faenas a todos los enemigos".

Hasta ahora no ha obtenido respuesta a este reto, en el que no impone condiciones. Y añade: "Hombre, sería de desear un mano a mano y en Las Ventas. Pero da igual, que elija Ojeda. Donde quiera¡ cuando,quiera y con los astados que quiera". Dámaso, ausente de la feria en 1985 por las malas relaciones de su entonces apoderado, Paco Gil, con el empresario Manuel Chopera, no entra en este asunto: "No tengo nada que decir. Berrocal se ocupa de los temas fuera de la plaza. Lo que haga me parecerá correcto".

El primer toro

El torero de Albacete coincide con la opinión de críticos y aficionados de que está cambiando su forma de torear. "Lo que ocurre", explica, "es que ahora lo hago más relajado, gustándome, con mayor lentitud, aunque no a todos los toros se les puede realizar este toreo". Para Dámaso será un gran recuerdo comenzar la feria matando el primer toro.

"Tal vez sea", dice, "una compensación del destino por no figurar en los carteles de 1985". Y significa la importancia que sigue teniendo el triunfar en la Monumental madrileña: "En eso sí que no hay cambio posible. No es una cuestión tajante, pero determina mucho el resto de la temporada. Por eso, ya que ahora tengo al público a mi favor, tras tantos años en que me contaban los pases, y con las nuevas ilusiones y ganas que me caracterizan este año, me voy a volcar para intentar salir de nuevo por la puerta grande".

El toro que abrirá plaza y feria es de la ganadería de Torrealta, propiedad de Manuel Prado y Colón de Carvajal. Uno de los lidiados el 22 de mayo último, Ropavieja, ganó la mayor parte de los premios de la feria.

La expectación es enorme para todo el ciclo isidril, y se traduce en colas y protestas del público por la impunidad con que siguen actuando los reventas, que ya poseen entradas sueltas para cada corrida, cuyo precio varía según sus previsiones de afluencia de espectadores. Igual ocurre con los abonos. Una buena parte de los cerca de 15.000 vendidos han ido a parar a los revendedores.