Aborto
Recientemente recibí en consulta una mujer embarazada que demandaba una interrupción de su incipiente gestación dado que había recibido una vacunación antirrubeólica sin conocer su estado. Aun existiendo amplias referencias bibliográficas sobre los posibles efectos teratógenos del virus vacunal y la firme decisión de la joven de interrumpir el embarazo acogiéndose a la ley despenalizadora del aborto, tras más de una semana de infructuosas gestiones decidió trasladarse a un vecino país, donde se le practicó el aborto en un consultorio ginecológico sin mayor problema. La diferencia entre el caso de esta mujer y de otras es que tuvo el valor de afrontar la burocrática e inhumana tramitación exigida para el aborto en nuestro país. De hecho, de 285 mujeres que controlamos tras un aborto durante el año 1985 tan sólo una pudo realizar la interrupción de su embarazo en las instalaciones de la estructura sanitaria pública de su país. Es de esperar una pronta reforma de la normativa existente en aras de la racionalidad de la asistencia en estos casos.- Doctor en Medicina.
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