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VIOLENCIA EN EL MEDITERRÁNEO

Gaddafi se compromete a seguir "resistiendo al imperialismo"

El máximo dirigente libio, Muaminar el Gaddafi, ha roto su silencio con los medios de comunicación y ha declarado, en una entrevista concedida a un equipo de la televisión yugoslava que la Prensa de Trípoli reproducía ayer con grandes titulares, que su país "continuará resistiendo al imperialismo hasta que la paz retorne al mundo". Advirtió asimismo que no está dispuesto a arriar la bandera de defensa de las minorías marginadas y los movimientos de liberación. "Lucharemos siempre a favor de la no discriminación racial, de la población negra y de los pieles rojas de EE UU, de Nicaragua, de Palestina, de Suráfrica y de Angola", añadió

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.Gaddafi eligió la televisión yugoslava porque es representativa de un país importante en el concierto de las naciones que integran el Movimiento de Países No Alineados, hacia el que ha pretendido dirigir el mensaje, coincidiendo con la estancia en Trípoli del jefe de la diplomacia de la citada república balcánica. Gaddafi tuvo palabras muy duras para con el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, y la primera ministra británica, Margaret Thatcher, a quienes el pueblo libio, según todas las manifestaciones registradas desde que se produjo el bombardeo de la semana pasada, no perdona el ataque aéreo contra Trípoli y Bengasi.

"Reagan es un nuevo Hitler", aseguró Gaddafi, que prosiguió: "Si la paz fue imposible con Hitler, también lo será con Reagan. El nazismo cayó por una alianza de los pueblos. Y pienso que Reagan tendrá que caer también algún día, pero antes se debe producir una alianza entre todos los pueblos del mundo. Combatiremos contra Reagan junto con el resto de los pueblos, en una misma trinchera, alineados con los negros y los pieles rojas de Estados Unidos, y con los pueblos resistentes de Nicaragua, Angola, Suráfrica y Palestina, hoy asediados por Norteamérica". Muchos libios aún no se creen que el ataque aéreo contra su país (38 muertos en Trípoli y 45 en Bengasi, según las últimas cifras oficiales) haya procedido de EE UU y del Reino Unido. Y a veces se preguntan cómo los responsables de esos dos países han sido capaces de dar una orden para arrasar barrios enteros y granjas (Trípoli) o escuelas de primera enseñanza (Bengasi), provocando la muerte de niños, mujeres y ancianos inocentes. Los libios no se acaban de creer que el país que produce la serie de televisión Dallas, que se emite aquí, en Libia, todos los martes, o el que les dio la independencia y del que el Ejército libio ha heredado la estética y la marcialidad (las bandas de música militares llevan incorporadas secciones de gaitas escocesas) hayan sido intransigentes con Libia, porque aquí, en el fondo y no en la forma, en cada hogar existe predilección por lo británico y lo norteamericano, cuyos sistemas de vida, pese al odio ahora reinante, son muy difíciles de desterrar. La propia mujer de Gaddafi, Sasiya Senusi, comentaba el lunes a un grupo de periodistas: "El pueblo norteamericano es bondadoso, es bueno, pero si no liquidan a Reagan les odiaré para siempre". En este sentido, Abdelsalam Jalud, el número dos libio, aseguró: "Libia es un pequeño pueblo y Estados Unidos un gran pueblo. Los pueblos de Estados Unidos y el Reino Unido se tienen que sentir en estos momentos ofendidos por el crimen y por el genocidio llevado a cabo por sus dirigentes. Reagan es el gran Satán, y lo que ha hecho, con su aliada Margaret Thatcher, va contra las propias costumbres religiosas y de derecho de todo norteamericano. Ha venido aquí a matarnos". El coronel Muainmar el Gaddafi, en su entrevista a la televisión yugoslava, dijo: "Jamás en la historia del mundo ha sucedido que dirigentes superpoderosos como Ronald Reagan y Margaret Thatcher anuncien públicamente que han recurrido a su posición privilegiada de estadistas para matar niños, mujeres y ancianos y destruir sus casas. Ambos han probado su cobardía y su decadencia moral, así como su desprecio por el resto de los pueblos del mundo y sus valores".

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