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El déficit de las autonomías y ayuntamientos casi se triplicó durante 1985, según la Administración y el Banco de España

GUSTAVO MATIAS, ENVIADO ESPECIALEl déficit de las autonomías y de los ayuntamientos casi se ha triplicado durante 1985, aunque su importancia es 20 veces menor que el de la Administración central, donde aumentó un 29% sobre 1984. Las primeras estimaciones lo sitúan en 71.000 millones de pesetas, cifra que podría elevarse todavía de 10.000 a 20.000 millones en el curso de la discusión que mantienen estos días el Ministerio de Economía y Hacienda y el Banco de España. La cifra correspondiente al año anterior había sido de 33.600 millones.

Los ingresos y gastos de las administraciones periféricas están siendo evaluados antes de negociar el sistema de financiación que tendrán las autonomías en los próximos años, el cual quedará también perfilado esta semana.El Gobierno, que hace dos semanas decía desconocer el déficit de las autonomías y las corporaciones locales al presentar sus propias cifras, dispondrá de los datos cuando acuda a las dos importantes reuniones anunciadas para esta semana sobre el futuro sistema de financiación autonómica: mañana, entre el presidente del Ejecutivo y su ministro de Economía y Hacienda y los presidentes de las comunidades gobernadas por socialistas; el jueves, entre todas las autonomías y el Gobierno, que integran el comité de política fiscal y financiera.Aunque el volumen del déficit de las administraciones periféricas en 1985 está siendo discutido todavía por el Banco de España y el Ministerio de Economía y Hacienda, ha trascendido que el primero estima en 71.000 millones de pesetas dichas necesidades de financiación. A este aumento de la deuda sufrido por los entes autonómicos y las corporaciones locales para cuadrar sus balances de ingresos y gastos, según los números del banco emisor, habrá que añadir de 10.000 a 20.000 millones de pesetas que hubo de diferencia adicional entre los derechos de cobro y las obligaciones pendientes de pago contabilizadas al terminar 1985, entre Hacienda y las otras administraciones.-

Los gastos que más han crecido en términos absolutos, según fuentes informadas, han sido los costes de personal asalariado, que superaron por primera vez el billón de pesetas y aumentaron a mayor ritmo que en la Administración central. En el otro lado del balance, también los ingresos por impuestos, cercanos al billón y medio de pesetas, se han incrementado algo más que en el Estado, aunque en ello ha influido igualmente la continuidad del proceso de descentralización administrativa. Además, las administraciones periféricas dispusieron de las transferencias de Hacienda, que representan más de la tercera parte de sus recursos anuales.

Los 80.000 o 90.000 millones de necesidad final de financiación, repartidos prácticamente a partes iguales entre autonomías y corporaciones locales, han configurado un déficit casi tres veces superior al de 1984, cuando fue de 33.600 millones de pesetas, según el Banco de España. Este desequilibrio, de sólo 2.500 millones en 1983, cuando el Gobierno socialista acometió medidas de saneamiento, había sido de 122.500 millones de pesetas en 1982. Pero las fuentes consultadas consideran relativamente mayor el déficit del último ejercicio, por opinar que los balances de 1982 fueron inflados artificialmente con inversiones públicas ante la expectativa de que el Ejecutivo recién surgido de las elecciones evaluara una herencia que había prometido sanear.

Escasa colaboración

Las primeras estimaciones de 71.000 millones de pesetas, realizadas con escasa colaboración de las autonomías, eran ya conocidas este fin de semana por representantes de varias comunidades autónomas que han asistido en Bayona (Pontevedra) a una reunión sobre problemas estadísticos. En este foro se ha puesto de manifiesto que las administraciones periféricas adolecen de menor transparencia que la central, cuyos responsables reconocieron hace dos semanas un déficit propio superior en más de 300.000 millones de pesetas a los objetivos anuales; el Estado, sin contar Seguridad Social, gastó por encima de sus ingresos, en términos de contabilidad nacional, el 7,8% del producto interior bruto (PIB), frente al 5% fijado como objetivo y a la misma cifra registrada en 1984. Ahora, si se le suma el de autonomías y Ayuntamientos, el déficit de las administraciones públicas totaliza casi un 6,2% del PIB.

Por la tardanza de las comunidades autónomas en facilitar sus balances, el Gobierno todavía no tiene la liquidación provisional de todas las administraciones públicas en 1984. Le faltan las cuentas del País Vasco (que, a su vez, no dispone de las correspondientes a los Ayuntamientos guipuzcoanos), Galicia, Extremadura y Cantabria. Respecto a las estimaciones para 1985, un redactor de EL PAÍS realizó una encuesta entre todas las autonomías representadas en la reunión de Bayona y ninguna cifró su déficit, ni siquiera entre la media docena de ellas que contestaron los escritos a otras preguntas.

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