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Tribuna
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LA ELIPSE

14 lunesRené Girard, en El bucco emisario ("El chivo expiatorio", Anagrama), estudia los movimientos históricos de persecución colectiva contra otra colectividad o contra un individuo, desde la expulsión de Edipo por los griegos hasta las persecuciones de la Revolución francesa, pasando por las persecuciones de judíos y brujas en la Edad Media. Parece que el personal se sosiega mucho de su angustia histórica cargándose un mito (o creándolo), haciendo un parrillón de judíos o un churrasco teológico de brujas. Ahora, el bucco emisario es Gaddafi. La cosa estaba tensa, Gorbachov quería conversa, Reagan quería pasar a la Historia con su Vietnam particular y los intelectuales madrileños querían apuntarse a la OTAN, sólo por molestar a Gala. En semejante tesitura, sólo Gaddafi ofrecía y ofrece todas las condiciones de víctima propiciatoria: es culpable de algo, responsable de algo, amigo de los rusos y dado a ropajes. No puede durar. No puede durar porque las mayorías castigan la diferencia, como teoriza Girard, y porque "ser diferente es un pecado", como sentenciara maestro D'Ors muchos siglos antes (García Lorca pudiera ser un ejemplo para españoles). Vivimos un clima de tercera guerra mundial y cada cual tiene su bucco emisario a quien exterminar: el Real Madrid al Inter, el Barsa al Goteborg y los revisteros taurinos al Cordobés. Qué passada. Nuestro bucco emisario es nuestro alter ego, o sea nuestro ángel de la guarda inverso, y esto dura toda la vida, sólo que en un clima de guerra mundial se nota más y las pasiones se disparan. Mi bucco emisario es Vizcaíno Casas, que vende más que yo.

16 miércoles

Días de estar muy enfermo. Pero la enfermedad es de mal gusto. En sociedad sólo se tolera la salud o un buen entierro.

17 jueves

El bucco emisario del gran Eduardo Roldán, que expone en Cajamadrid/Aranjuez, son las marquesas y los contralmirantes pasados por De Kooning. Gran exposición. El bucco emisario del pecé es Carrillo, porque a alguien hay que culpar. En cuanto a este periódico, EL PAÍS no tiene buccos emisarios, y los que tiene los mete en nómina. (No a mí, por cierto.) Milagro Laín, en la consulta del gran doctor Leoz, viene a definirme a Gaddafi, sin querer, como el gran bucco emisario a apartar del panorama internacional. En mi casa de Madrid, unos periodistas franceses que quieren grabarme sobre la movida madrileña. En el Español, se aplaza El concierto de San Ovidio, una de las mejores funciones de Buero Vallejo, sobre un tema recurrente en él: la ceguera. El ciego, como todo mutilado, es víctima propiciatoria (véase lo que digo el miércoles sobre la enfermedad), bucco emisario al que se le cuelga una tira de cupones de la solapa y se le envía al frío de las esquinas según denunciaba Luis Martín Santos. Pero los buccos emisa rios también hacen revistas y Carrillo me manda su Ahora. Emilio Romero sigue sacando de la reserva "papeles reservados". Gregorio Salvador, bucco emisario de la Academia, habla en la March sobre el idioma español en España. Cuando entonces aprendí mucho de este hombre Se anuncia cena/Ruano por el premio de periodismo. Ruano fue el bucco emisario de los intelectuales de la resistencia, duran te el cuarentañismo. También reunía todas las condiciones como Lorca, para bucco emisario en España.

19 sábado

Jesús de Polanco y EL PAÍS nos invitan a una próxima fiesta en los diez años del periódico. Periódico que se ha convertido en el bucco emisario de la derecha silvana y urbana. Si este papel es un espejo a lo largo del camino de la democracia española, los perseguidores de pestes negras y judíos medievales imaginan que rompiendo el espejo, o tirándole chinas, rompen una democracia que no les gusta. ¿En qué medida EL PAÍS (buena meditación para su decena) ha sido paralelo a la democracia española, y en qué medida se la ha inventado? Siempre que escribo un libro sobre Madrid o Valladolid, me dicen que invento estas ciudades. Y en alguna medida es así. Pero don Antonio Machado nos dio la respuesta para este enigma, como para casi todos:

-Joven, también la verdad se inventa.

Era en el Café de las Salesas. EL PAÍS se ha inventado una democracia anunciada. Como parece feo, al filo del milenio, ir contra la democracia, se va contra un papel. Papel que no tengo por qué defender -él me defiende poco a mí-, pero que traigo aquí como ejemplo claro de seguimiento periodístico de un proceso democrático, con las naturales convergencias y divergencias políticas. No sería digno hacer un elogio del papel en que escribo (y no es que me repugne la indignación, salvo por su ineficacia), pero alguien tiene que decir que cierto periódico y sus gentes somos el chivo emisario de la media España que no quiere la democracia, que no quiere movimientos liberadores en el Tercer Mundo, que no quiere sino una Europa de asentadores de fruta. He ido con mi amigo Ángel Baltasar Pérez al Metro de Núñez de Balboa, a ver cómo los gamberros ideológicos han destrozado su homenaje pictórico a Tierno. Pues eso.

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