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OFENSIVA CONTRA EL MERCADO DEL ROBO

Un 'impuesto social'

"Yo reconozco que fui a denunciar el robo de dos ruedas de mi coche exclusivamente para que el seguro se hiciera cargo de los gastos. Las esperanzas de que fueran recuperadas eran nulas y creo que mi caso estaba bastante generalizado entre las personas que ocupaban el pasillo de la comisaría de la calle de Cartagena de Madrid cuando acudí, a las once de la noche, a formalizar la denuncia". Como J. M., profesional de 37 años, que asegura haber sufrido también el robo de un radiocasete del coche en una ocasión anterior, muchos españoles soportan una larga espera para informar a la policía de cualquier merma en sus propiedades.A este respecto, J. M. recuerda que el propio agente que tomaba mecanográficamente los datos de su robo le indicó con resignación: "Esto no es mas que un impuesto revolucionario social, un mal menor que hay que soportar para evitar otros mayores".

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"Yo lo que recuerdo es que los policías que vinieron a la farmacia después del atraco que sufrimos parecían bastante poco optimistas respecto a la posibilidad de dar con la banda de asaltantes". María Dolores Martínez Salvador, una joven ficenciada que regenta una farmacia en Madrid se considera, no obstante, poco experta en este tema ya que, al contrario que algunas de las nueve farmacias de su barrio, sólo ha sufrido un robo. "La policía se interesó por el aspecto fisico de los dos jóvenes que nos asaltaron, pero después, no tengo noticia de que hayan dado con ellos. Eso sí, tuve que presentar una denuncia ya que además del dinero de la caja, se llevaron todos los estupefacientes que había en la farmacia". María Dolores Martínez recuerda que la investigación policial le pareció más rutinaria que profunda y ello porque, "los propios policías reconocían que no tenía mucho sentido detener a unos jóvenes que iban a ser puestos enseguida en libertad".

Para J. C, propietario de un despacho que ha sido atracado en dos ocasiones en seis meses, la denuncia en comisaría tampoco pasa de ser una mera formalidad. "Comprobé que había tan sólo un policía para tomar nota de las denuncias, y esto me obligó aperder más de una hora de mi tiempo, pese a que sólo había unas cuatro personas delante de mí. El funcionario que tomó mis datos me aseguró que se trasladaría a mi oficina un equipo especial para tomar las huellas dactilares. Del equipo no he sabido nada, y ha pasado ya un mes desde que me robaron".

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