La caída de los precios del petróleo amenaza la seguridad de EE UU, según el vicepresidente norteamericano, George Bush

El precio del petróleo ha bajado demasiado para los intereses de Estados Unidos y amenaza incluso la seguridad nacional de este país. Este es el mensaje que hoy llevará a Arabia Saudí el vicepresidente George Bush, que visitará también Bahrein, Oman y Yemen del Norte, que presionará al estratégico aliado norteamericano en el golfo Pérsico para que estabilicen los precios del crudo, que el martes bajó por debajo de los 10 dólares el barril, por primera vez desde la mitad de los años setenta. En noviembre, el barril de crudo costaba 32 dólares.

Bush, que negó que vaya a solicitar abiertamente a los saudíes un recorte de su producción, afirmó que la estabilidad de los precios es esencial "para nuestros intereses domésticos y para nuestra seguridad nacional, y no podemos continuar con una caída libre como la de un paracaidista sin paracaidas".

Reducir la producción

Altos funcionarios dijeron que Arabia Saudí comprenderá que estamos hablando de reducir la producción de petróleo. El secretario de Energía, John Herrington, habla de la "depresión" en los campos petrolíferos de EE UU y explica que los saudíes deben darse cuenta del "callejón" en que se encuentran los productores norteamericanos de petróleo y gas. "Una industria energética fuerte es vital para la seguridad nacional de este país", afirmó Bush.Aunque el desplome de los precios, provocado sobre todo por Arabia Saudí, que decidió el pasado otoño inundar el mercado con crudo para disciplinar a los miembros de la OPEP, originan una disminución de la inflación saludable para la economía norteamericana y mundial, sus efectos pueden ser peligrosos para la industria energética y la banca norteamericanas. Los Estados que producen petróleo temen una depresión: ya está aumentando el paro en Tejas y Oklahoma, y disminuye la inversión para extraer el oro negro, ya que a los niveles actuales no compensa buscar petróleo.

Comienza a extenderse el temor a una nueva dependencia del petróleo y una tercera crisis energética, con una explosión de los precios como las sufridas en los años setenta, si se descuida la producción de esta fuente energética por falta de rentabilidad. "La pregunta no es si ocurrirá, sino cuándo y cuál será su tamaño", afirma el profesor Henry Schuler, del Centro de Estudios Estratégicos de la Universidad de Georgetown, en Washington. Los expertos financieros señalan el peligro para los bancos que han prestado dinero, sobre todo a México, pensando en precios del barril de 17 o 18 dólares. Para los observadores, el petróleo aún puede caer a ocho o incluso cinco dólares el barril. Las declaraciones de Bush hicieron que ayer, por segundo día consecutivo, los precios volvieran a recuperarse ligeramente, superando los 11 dólares.

Es posible que para los intereses nacionales sea un peligro, pero para los norteamericanos es un milagro lo que está ocurriendo: el galón de gasolina (cuatro litros) ya cuesta menos de un dólar.