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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Encarecimiento de la vida

Cada vez que aparece en los medios de comunicación el índice de precios al consumo (IPC) correspondiente al mes anterior me pro duce una sensación de vergüenza ajena al comparar el encarecimiento de la vida y los índices que fija el Instituto Nacional de Estadística (INE) todos los meses.A simple vista puede ser una tentación para cualquier Gobierno, actual o futuro, tener conocimiento, antes de su publicación oficial, de los índices de variación del IPC y retocarlos según interese al Gobierno de turno y los llamados grupos de presión, entre los que se encontrarían los empresarios, que no pondrían muchos reparos si se retoca a la baja la subida de los precios (IPC), Puesto que los convenios colectivos se firman tomando como referencia el índice del año anterior facilitado por el INE.

Por todo lo anterior se deduce lo importante que es que el director del INE sea nombrado y dependa del Ministerio correspondiente y, por consiguiente, del Gobierno, dando lugar a suspicacias que pudieran tener fundamentoen algunas ocasiones ("Un primer avance del IPC de diciembre dio una subida del 0,6%, pero los datos provisionales publicados a finales de enero, y que sirvieron para cerrar el IPC oficial de todo 1985 en el 8,1%, arrojaron 0,4%, es decir, el INE había comeltido un error del 50%". Véase EL PAÍS del 20 de febrero pasado. El subrayado aparece en eLartículo del periódico).

Si consideramos que en la Europa a la que acabamos de incorporarnos se dispone del IPC a la semana siguiente de finalizar el mes, en España se tarda entre tres y cuatro semanas en conocerse, de donde es chocante que cuando el Ministerio de Hacienda dispone del IPC del mes anterior está finalizando el mes en curso, por lo que las medidas económicas que se tomen no se apreciarán hasta pasados dos meses, y no al mes siguiente, como viene sucediendo.

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Si para la designación del Defensor del Pueblo se buscó el consenso de las fuerzas políticas, recayendo en una persona con una trayectoria limpia, sería congruente que dependiera de éste el INE, así como su director. Qué mejor defensa del pueblo que, además de las funciones que desempeña actualmente, velara por la autenticidad de las estadísticas en general y del IPC en particular. La conveniencia de que así fuera es palpable, al ser el elemento de trabajo que hace posible todos los años que no se desfase el coste de la vida respecto a los salarios y, en el mejor de los casos, que se mantenga el poder adquisitivo de todos los españoles.-

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