Independencia

Ninguna sorpresa ha sido para mí la no publicación de mis anteriores dos cartas, ya que en la primera atacaba, sin fuertes palabras, al coterráneo mío Felipe González por sus flojas razones para que permanezcamos en la Alianza Atlántica y en la segunda aconsejaba a todo buen ciudadano a que depositara su voto con un rotundo no.Estas omisiones de El PAÍS me dan pie a considerar que ese periódico es chapuceramente felipista, y aunque yo también lo soy a medias, humildemente contrapongo mi opinión a los fútiles argumentos que el secretario general del socialismo ha esgrimado para desorientar hondamente al español de mente poco recia y que se comportará según su animo vacilante, abiertamente indeciso.

Afirmo y reafirmo que EL PAÍS no es diario independiente, como desea que lo creamos sus asiduos lectores, y que lo demuestra en muchas letras impresas exponiendo los sucesos habidos, y que el reportero solapadamente se inclina más a la adjudicación de mayor, responsabilidad a las fuerzas del orden que a los delincuentes, presuntos o ciertos, y a cuanto imprimen para censurar la labor dificultosa de Barrionuevo.

No obstante, reconozco su independencia cuando publica artículos de escritores de diversas ideologías.

Concluyo, pues. Como estoy convencido de que ese diario es

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