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Cuba cree que el conflicto de intereses con EE UU es la clave de la crisis de Centroamérica

"Las discrepancias entre Estados Unidos y los Gobiernos de América Latina son cada vez mayores", declaró recientemente en La Habana, al enviado especial de EL PAÍS, el viceministro de Asuntos Exteriores y miembro suplente del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (en el poder) Ricardo Alarcón. "El problema cada vez más claro en América Latina es la defensa del principio fundamental de la no intervención. Mientras más se subraye este principio, más positivos serán los resultados", declaró Alarcón, quien ve en el enfrentamiento entre los intereses de Estados Unidos y América Central la clave de la crisis de la región.

Ricardo Alarcón estima que todo quedó muy claro en la visita que realizaron a Washington los ocho ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de Contadora (México Colombia, Panamá y Venezuela) y del Grupo de Apoyo de Lima (Brasil, Argentina, Uruguay y Perú) para exponer las conclusiones de la reunión de Caraballeda (Venezuela). Considera el viceministro cubano que "para Reagan la solución es derrocar a los sandinistas y no la negociación". Asegura Alarcón que Estados Unidos reivindica su derecho imperial a imponer su voluntad. Cada vez es más notoria la contradicción entre Estados Unidos y América Latina debido "a la ignorancia patológica que tiene Reagan del mundo. Una esquizofrenia total".

Defensa de la neutralidad

El alto funcionario cubano apoya su argumentación con el ejemplo de las recientes diferencias entre el presidente electo de Costa Rica, Óscar Arias, y la Administración de Reagan sobre la ayuda a la contra nicaragüense: "Arias no simpatiza con el sandinismo, pero su punto de vista es diferente al de Estados Unidos". Alarcón considera que, objetivamente, la situación de Estados Unidos es más desfavorable, no sólo por la confrontación política planteada en Centroamérica, sino por la propia política norteamericana, que subestima mucho la opinión internacional. "El discurso de Reagan es útil cara al Congreso de Estados Unidos, pero subestima la opinión pública internacional", afirma Alarcón.Según el viceministro, "ni siquiera el Ejército de Honduras quiere aparecer comprometido con esa política. Sólo Duarte apoya la política de apoyo a la contra". Alarcón argumenta que "Arias ganó las elecciones en Costa Rica por su postura en defensa de la neutralidad y no injerencia en el conflicto con Nicaragua" y da mucha importancia al acuerdo entre Costa Rica y Nicaragua para controlar la frontera común, que contradice la política norteamericana. "Si se aplica ese arreglo y da frutos, se tranquiliza la frontera sur de Nicaragua, y esto ocurre mientras en el Congreso de Estados Unidos Reagan pide plata para hacer lo contrario", dice.

Piensa Alarcón que este problema no tiene solución en Estados Unidos en el ámbito del poder ejecutivo, pero que el legislativo "tiene la posibilidad de corregir esa situación". El viceministro cubano saborea un cigarro Cohibas durante la entrevista. Considera Alarcón que la contra nicaragüense "ha probado no tener una capacidad militar real". "Si tuvieran un poco de apoyo interno, una capacidad real", añade, "habrían tomado al menos una ciudad".

El camino de Vietnam

Alarcón cree que la situación no va a cambiar considerablemente aunque Estados Unidos apruebe los 100 millones de dólares de ayuda a la contra: "El peligro de esa política es que primero se aprueben los 100 millones de dólares y luego, por ese camino, se llegue a Vietnam. Cada paso les aleja más de América Latina y no da la victoria a la contra".En la clausura del Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba, el pasado 7 de febrero, Fidel Castro anunció que Cuba aumentará todo lo posible la ayuda a Nicaragua "si Reagan incrementa la ayuda a las bandas sornocistas". Sobre la ayuda a otros movimientos, como la guerrilla salvadoreña, dice Alarcón que "desarrollar un flujo logístico hacia El Salvador a través de Honduras es imposible. El que lo consiga es un genio".

El viceministro cubano ve "una creciente militarización de la sociedad hondureña". "Hubo un incremento de la represión durante el último Gobierno democrático que fue mayor incluso que con los militares. En Costa Rica también hubo ese peligro. El gran tema de las elecciones fue la neutralidad, debido al elemento nuevo que constituye la presencia de la contra, que crea problemas".

Para Alarcón existe el riesgo de que se dé una "retórica democrática, pero un fortalecimiento del aparato militar" y señala como ejemplo el peligro de "vaciar el régimen civil hondureño". Sin embargo, el nuevo presidente costarricense, Arias, es un antisandinista inteligente" y estos políticos "cierran el espacio" a Reagan.

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