El coro

Históricamente nunca ha fallado. Más al borde ha estado España del desastre y más celo ha puesto la divina providencia en programar un hombre lógicamente providencial que nos ha redimido. Los posprovidencialistas han consensuado esta lista: Viriato, Indíbil y Mandonio, El Cid, Cisneros, El Tambor del Bruc, Franco, Basora, Igoa, Zarra, Panizo, Gaínza, don Juan Carlos de Borbón y Borbón y Felipe González. Un inmenso botafumeiro va y viene por los cielos de España inundándolo todo de olor a incienso, olor penetrante frente al que nada pueden hacer ni las máscaras de gas corrientes ni las máscaras de gas de tecnología punta, digitales, con chip y sin hexaclorofeno. Me quito, pues, la máscara de gas y respiro a pleno pulmón el incienso que anuncia domingo de ramos. Hosanna al Hijo de Dios el Anunciado. Píndaro se ha apoderado de las páginas más importantes de los periódicos. Cada titular es un entrante de epinicio y desde los balcones del universo arrojan rosas amarillas que al fombran el ruedo, mientras el matador eleva a los cielos las dos orejas de don Manuel Fraga y el rabo del rojo maligno, una vez más aplastado por el coturno del cruzado ibérico. En este contexto triunfal me suena a descafeinada y póstuma la propuesta del señor Obiols, se cretario general del PSC-PSOE, sugiriendo que don Felipe ocupe la vacante de Olof Palme al frente del ala pacifista de la socialdemocracia universal. Es posible que al señor Obiols le mueva la saludable intención de adelantarse a don Luis Solana y evitarnos así un artículo al respecto, pero corto se ha quedado en la oferta de tributo y caro puede pagarlo, y, si no, al tiempo. Felipe González es el primer gobernante de la Historia Universal que mete a su pueblo en la OTAN mediante una consulta democrática y ante estos títulos me parece tacaña la compensación propuesta. Afánese el señor Obiols en buscar presente más generoso, porque el coro de aduladores tiene las manos llenas de oro, incienso y mirra y a sucedáneo de caviar y pan con tomate sabe la propuesta catalana.