El Vaticano revelará hoy a los obispos brasileños su posición sobre la 'teología de la liberación'

Los obispos brasileños presentes en Roma serán informados hoy, última jornada de este minisínodo, del contenido del nuevo documento preparado por la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre el espinoso tema de la teología de la liberación. Hay quien asegura que el principal objetivo de esta cumbre con los representantes del episcopado de Brasil es la de arrancarles su visto bueno al documento preparado por Roma sobre La libertad cristiana, llamado a provocar todo tipo de comentarios.

No es un secreto que el episcopado brasileño es uno de los defensores más acérrimos de la teología de la liberación y que los cardenales de mayor prestigio de dicho episcopado han defendido siempre frente a Roma al teólogo Leonardo Boff, uno de los padres de dicha teología. Durante el último sínodo extraordinario, en noviembre pasado, fue precisamente el cardenal brasileño Aloicio Lorscheider quien afirmó que la teología de la liberación ha sido "el mejor fruto del Concilio Vaticano II".Por eso, las críticas al nuevo documento podrían llegarle de parte del episcopado brasileño. Para el Papa y para el cardenal Ratzinger, poder decir que los 21 representantes del episcopado de Brasil han bendecido el contenido del nuevo documento, equivaldría a darle un importante espaldarazo.

Pero por eso los obispos presentes en Roma, sobre todo los del grupo más abierto, están en guardia. En la noche del jueves, el presidente de la conferencia brasileña, Ivo Lorscheiter, organizó a puerta cerrada, en el colegio donde residen los obispos, una reunión inmediatamente después de cenar, que duró hasta muy tarde.

Uno de los problemas es que, al parecer, en un primer borrador del nuevo documento no aparecía nunca el término teología de la liberación, cosa que no gustaría a los obispos de Brasil.

El Papa estuvo también ayer presente toda la mañana, como lo había estado en la tarde anterior, en las reuniones de los obispos, a las que está asistiendo la plana mayor de la curia romana.

De lo poco que se ha podido saber, filtrado por el viceportavoz del Papa, monseñor Nicolini, es que ha habido como un bombardeo de intervenciones de los obispos brasileños para defender la imagen de su Iglesia, como si estuviesen respondiendo a un enemigo invisible.

Han repetido de nuevo que no está en juego su amor por el Papa. Más aún, han añadido con una punta de orgullo que quizá el episcopado de Brasil es el que tiene mayor simpatía por el sucesor de Pedro de toda Latinoamérica.

Para algunos observadores, estas confesiones de amor al Papa tendrían también la finalidad para los obispos de defenderse indirectamente contra ciertos personajes de la curia a quienes consideran más duros con ellos que el mismo Juan Pablo II, más sensible este último a los problemas de tipo social que zarandean a Brasil.

Defendieron también con fuerza ayer que el episcopado de Brasil es una Iglesia "siempre fiel al Concilio" y que desea seguir siéndolo en sus aplicaciones.

Aumentan las vocaciones

A quienes los acusan de flojera religiosa les han recordado ayer que si en 1975 los seminaristas mayores en Brasil eran 2.998, hoy han subido a 6.835. Y que los novicios de órdenes y congregaciones religiosas han pasado en aquel país de 1.223 a 2.470. Pero al mismo tiempo han planteado la gravedad de una Iglesia donde el año pasado en 123 diócesis no ha habido una sola ordenación sacerdotal, incluso en aquellas que superan el millón de habitantes.De ahí la necesidad, según los obispos de Brasil, de abordar el tema del celibato sacerdotal y del diaconado permanente. Han puesto también sobre el tapete los graves problemas sociales y políticos con los que tiene que enfrentarse la Iglesia en Brasil, recordando que el obispo no puede vivir fuera de la historia y de su gente, aunque esto no significa, han añadido los brasíleños, que se olvide de su dimensión trascendental o vertical.