Majó se opone a que sigan bajando los precios de los carburantes industriales
El ministro de Industria y Energía, Joan Majó, se manifestó ayer contrario a que los precios de los combustibles sigan bajando, "porque ello frenaría las inversiones en ahorro energético y favorecería un alto consumo". Majó se declaró personalmente convencido de que "en la década de los noventa, los combustibles volverán a ser caros, y el petróleo costará por encima de los 30 dólares el barril, por lo que hay que proseguir la política de ahorro y austeridad en este campo".
El ministro de Industria presentó en Barcelona el Sistema de Información Empresarial en Cataluña, que funcionará en la sede del Centro de Información y Desarrollo Empresarial (Cidem) de la Generalitat. Este sistema consiste, básicamente, en un banco de datos regido por ordenador que contiene todo tipo de informaciones necesarias para las empresas: ayudas de la Administración, ferias, concursos públicos, trámites burocráticos, etcétera. A ello se añade una biblioteca de temas empresariales y un archivo de estadísticas económicas y de catálogos de empresas. Al acto de presentación asistieron también el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, el conseller de Industria, Joan Hortalá, y el presidente del Cidem, Joaquim Pujol.Majó pronunció una breve conferencia en la que destacó que la política industrial ya no debe dirigirse al saneamiento, aunque éste no ha concluido del todo, sino a recuperar competitividad internacional. Para lograr este objetivo, el ministro habló de cuatro terrenos de actuación: tres referidos a costes (energéticos, financieros y salariales) y un cuarto referido a precios.
Sobre los costes energéticos, Majó dijo que en España el consumo de energía sigue estando por encima de la media europea, ya que los países comunitarios redujeron sus consumos entre 1973 y 1980 en un 8%, mientras España, en plena crisis, los incrementó en un 18%. "Ahora estamos aún cuatro puntos por encima del consumo de 1973, mientras la media europea está 16 puntos por debajo", detalló.
Recortar el consumo
Para seguir recortando el consumo energético, Majó se pronunció por una política de ahorro que se vería frenada, dijo, "si el combustible siguiera abaratándose". En cuanto a los costes financieros, Joan Majó calificó de secundarios, aunque importantes, los tipos de interés, y señaló como principal objetivo la consecución de un dinero "apropiado para las empresas: a largo plazo y capaz de asumir riesgos". Destacó como instrumentos para conseguir esa financiación las sociedades de capital riesgo y la creación del segundo mercado bursátil.Los costes salariales fueron calificados por Majó de "muy altos, especialmente tras los elevados aumentos registrados entre 1975 y 1980". El ministro señaló, sin embargo, que el coste salarial no se rnide directamente por el volumen de los salarios, sino por la relación entre éstos y la productividad. "Lo que ocurrió en los cinco años citados fue que subieron los salarios sin que se invirtiera en tecnología, y ello agravó la inferioridad que aún sufrimos respecto a Europa en el terreno de la productividad".
Por último, el ministro de Industria resaltó que las empresas españolas "no pueden jugar con aumentos o reducciones en el precio de sus productos, porque eso sólo es posible para las firmas líderes del mercado, y las españolas, salvo excepciones, no lo son. Necesitamos, por tanto, mejorar la calidad de nuestros productos, darles imagen de marca y buen diseño para alterar nuestra situación de dependencia en el mercado". El presidente Pujol afirmó, por su parte, que las relaciones entre la Generalitat y el Ministerio de Industria "son excelentes".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.