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España y el referéndum sobre la OTAN

( ... ) Felipe González cambió de opinión sobre la OTAN al poco tiempo de acceder al Gobierno, pero, debido a los riesgos que suponía, no pudo dejar de cumplir su promesa de celebrar un referéndum. Ahora el presidente del Gobierno dirige una desesperada campaña gubernamental de última hora para convencer a sus recelosos compatriotas de que la Alianza militar clave en Occidente, a la que España se adhirió en 1982, es necesaria y beneficiosa para los intereses nacionales. (...)González insiste, en mensajes por radio y televisión hechos a la medida de un electorado escéptico, en que la neutralidad no es una opción realista y en que la neutral Suecia gasta en defensa el doble que España. Sostiene que la salida de la OTAN perjudicaría las relaciones con otros países miembros, que absorben tres cuartos de las exportaciones españolas y aportan el 70% de la inversión extranjera en España. "¿No será mejor discutir nuestra defensa con nuestros compañeros europeos en lugar de hacerlo sólo con Estados Unidos?", preguntaba sagazmente el presidente del Gobierno, explotando con habilidad las sospechas del pueblo español respecto a las intenciones norteamericanas hacia su propia causa.

Una votación negativa significaría, según advirtió Felipe González, "una reducción en nuestro camino de modernización y desarrollo", como resultado de la pérdida del acceso a la tecnología moderna que proporciona la pertenencia a la OTAN. Tanto González como el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, plantearon la amenaza de una crisis de confianza entre los aliados de España si ésta abandona la OTAN.

, 8 de marzo

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