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LA CAMPAÑA DEL REFERÉNDUM

Barranco pide el 'sí' a quienes habló contra la OTAN en 1982

El alcalde de Madrid, Juan Barranco, inauguró su campaña en la capital aludiendo a su antecesor, Enrique Tierno: condenó la "utilización abusiva de algunos amigos muertos, cuando en vida no se les trataba tan bien". Barranco se refería a folletos aparecidos sin pie de imprenta y que, bajo la fotografía de Tierno, solicitan el no en el referéndum. El alcalde eligió para su primera comparecencia en la campaña madrileña la localidad de Alcorcón, donde reside desde hace años, y a cuyos vecinos y correligionarios de la agrupación socialista intentaba convencer en 1982 sobre las ventajas de que España saliese de la OTAN.Su próxima intervención se producirá el lunes, para compartir los honores estelares del mitin de cierre de campaña en Madrid con el presidente del Gobierno, Felipe González, en el Palacio de los Deportes, propiedad de la Comunidad de Madrid.

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Efectivamente, también un 'voto de castigo'

Hablando en la noche del miércoles en Alcorcón, Barranco dijo: "Cambiar de opinión no es como para que nadie nos crucifique; quien no haya cambiado alguna vez de opinión, que tire la primera piedra".

Bandera tricolor

El alcalde, que llenó a rebosar una de las aulas del colegio nacional donde se desarrolló el mitin, fue más lejos en su mea culpa de lo acostumbrado en otros líderes socialistas.Insistiendo sobre los cambios políticos, recordó: "Al fin y al cabo, no hace tantos años enarbolábamos la bandera tricolor, nosotros y los comunistas; ahora los dos hemos cambiado, y nadie se rasga las vestiduras".

"Y eso", continuó Barranco, "por hablar de los amigos de la izquierda. Porque es mejor no referirse siquiera al travestismo político de la derecha". El tono inicial de moderación buscado por el alcalde comenzó a transformarse a partir de este punto, para entrar a referirse a "los ministros que firmaron sentencias de muerte" durante el franquismo y hoy se encuentran en las filas de la oposición. "Ellos también han cambiado, y me parece muy bien", agregó.

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El alcalde buscó inicialmente reproducir el tono verbal mesurado y apacible de su antecesor. Pero poco a poco el calor le fue invadiendo, y adoptó más bien tintes guerristas en su oratoria.

Concluyó pasando directamente a las expresiones castizas: "Nadie en la izquierda europea cuestiona la Alianza Atlántica, ni siquiera los partidos comunistas, que tiene cojones la cosa".

Antes que él, el alcalde de Alcorcón, José Aranda -que reside en un piso contiguo al que todavía ocupa Barranco-, había desgranado algunas de las consignas contenidas en la guía de campaña socialista, y fue educadamente aplaudido por los aproximadamente 200 asistentes. Esta mera cortesía se transformó en entusiasmo al escuchar a Barranco.

Preocupación

La tónica de Alcorcón -gran afluencia de público y ausencia de controversias- se repite en la mayor parte de los mítines que los organizadores de la campaña socialista están celebrando en las zonas más populosas de la provincia de Madrid y en el cinturón rojo de la capital, buscando la transformación de votos negativos en positivos.El propio Juan Barranco confesó a este periódico su preocupación por los resultados del referéndum sobre la OTAN en la capital: "Esto no es una cosa fácil para nadie, y para nosotros, socialistas, menos que para ninguno".

"Además", añadió, "en este país sigue campando por sus respetos la injusticia social; aquí hay muchas cosas que hacer a partir del 12 de marzo, al margen de la OTAN".

Lo cual no significa que todo deba ser inamovible si triunfa el no: "Los diputados hemos votado tres veces que sí, y a mí me daría vergüenza seguir cobrando si sale el no. Habría que disolver, habría que marcharse", concluyó diciendo el alcalde de Madrid.

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