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La 'abstención activa' una posición inédita en Europa que no encuentra eco entre los votantes de Fraga

Sobrepasado ya el ecuador de la campaña del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, la preocupación de Coalición Popular por la marcha de la misma es patente: los sondeos indican que la postura abstencionista que predican los populares no es comprendida ni, seguida por una mayoría de su propio electorado; para colmo, alrededor de un 30% de quienes se proclaman votantes de la Coalición se decantan por el no a la Alianza Atlántica. Por ello, Fraga iniciará un nuevo y sutil viraje en la recta final de la campaña -que, finalmente, y contra lo que él mismo anunció, sí le está resultando "de infarto"- para convencer a sus seguidores de que "lo último que debe votarse es el no", según admitió recientemente un alto di rigente de AP.

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Los estrategas de Coalición Popular planean la posibilidad -inicialmente no prevista- de celebrar "dos o tres actos" de fin de campaña entre el fin de semana y el lunes; en alguno de estos actos, probablemente el domingo en Madrid, intervendrá el propio Fraga, en un nuevo intento de "frenar la tentación del voto negativo". El presidente del PDP, Oscar Alzaga, clausurará el lunes en Sevilla, y el presidente del PL, Jose Antonio Segurado, lo hará el sábado en La Coruña.Igualmente, AP lanzará en las próximas horas un nuevo folleto, esencialmente destinado a sus militantes, titulado España y la OTAN, de verdad, en el que se hace hincapié en las Ventajas de la per manencia en la Alianza Atlántica, aunque sin olvidar subrayar que la abstención es La respuesta inteligente: éste es el eslógan seleccionado por la Coalición Popular para los escasos carteles que colocarán próximamente en las calles de algunas ciudades. El presupuesto de la campaña -"anticampaña", en calificación de Carlos Robles Piquer- no es ciertamente excesivo: diez millones de pesetas.

Incomprensión popular

Sin embargo, el empujón final que, patentemente, está dando Coalición Popular a su "anticampaña", muestra hasta qué punto ha cundido la preocupación ante la "escasa comprensión" que encuentra la postura de abstención activa anunciada por la Coalición, un tanto sorpresivamente, el pasado día 11 de diciembre.La gráfica, frase empleada por Manuel Fraga, "el cuerpo me pide votar que no", ha recibido una inesperada traducción en el electorado fraguista, que, de acuerdo con los sondeos, se muestra fuertemente dividido: alrededor del 30% de quienes se declaran votan tes de Coalición Popular piensa votar no; otro tanto se declara por el sí, solamente los restantes piensan seguir la consigna abstencionista o votar en blanco

-el voto en blanco es la solución ofrecida por la CP para quienes se vean requeridos por sus empresas a presentar la certificación de voto-.

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Sin embargo, Carlos Robles Piquer, coordinador general de la campaña de AP, alberga cierto optimismo sobre los resultados finales en general y sobre las posibilidades de que la abstención sea alta en particular: "No creo que la abstención sea más baja que en otras consultas", comentó a EL PAÍS. "La gente es maniquea" Otro dirigente de AP confió en poder "convencer a la gente de que el momento para dar un voto de castigo al Gobierno será en las elecciones generales, y no ahora".

La incomprensión que el electorado parece mostrar ante la postura abstencionista se deriva, según admiten los propios medios de Coalición Popular de que "ésta es una posición relativamente inédita", aunque "los socialistas ya predicaban la abstención en el referéndum sobre la reforma política, en 1976". Pero también parece existir un gran desconcierto en el electorado conservador derivado de las variaciones del siempre atlantista Fraga sobre este tema: hasta bien entrado el mes de no viembre, el líder de AP y de la CP repitió hasta la saciedad que él no predicaría la abstención, y quien pensase lo_contrario "desde luego -no mostraba un gran coeficiente intelectual" (declaraciones a EL PAÍS, 26 de octubre. Posteriormente, Fraga trató de matizar es tas declaraciones, manifestando que fueron tomadas "metiéndome un micrófono en un avión"). El propio presidente González ha de jado entender, en conversaciones privadas, que, durante su último encuentro con Fraga, en noviembre, el líder de AP se mostró pro clive al sí, aunque contrario a la

celebración del referéndum.

Sin embargo, el 11 de diciembre, los tres dirigentes de la Coalición Popular hacían público un manifiesto en el que, sin hablar expresamente de abstención, se predicaba la no participación en el referéndum. Antes de esa fecha, tanto Alzaga como Segurado y otros miembros secundarios de sus respectivos partidos -señaladamente el democristiano y ex embajador en la OTAN Javier Rupérez- habían afirmado que ellos se abstendrían el día de la consulta. Resultaba, pues, fácil deducir que Fraga había sido impulsado tanto por miembros de otros partidos de la coalición como por dirigentes de la propia AP a variar su posición, abrazando la causa abstencionista. Alzaga niega, sin embargo, haber presionado en ningún momento a AP: "No ha hecho falta discutir a fondo el tema", declaró a El PAÍS "porque el análisis de AP es paralelo al nuestro".

Lo cierto es que pronto comenzaron a surgir en el seno de AP voces reclamando tanto el sí como el no. Entre los primeros,el miembro del comité ejecutivo Luis Olarra y la diputada María Victoria Fernández España. Ninguno de ellos, según dijo Robles Piquer, será sancionado por mantener una posición discrepante con la de la dirección del partido. Los segundos no han osado manifestarse públicamente en los órganos diréctivos de AP: saben que nada irrita más a Fraga en estos días que la posibilidad de que alguien pueda acusarle de incitar al no.

El nerviosismo ante la aparente falta de éxito popular de. la iniciativa abstencionista quedó patente en el debate parlamentario del pasado viernes, donde el portavoz del Grupo Popular, Miguel Herrero, presentó una interpelación en la que se vertían dudas sobre la limpieza del escrutinio de la votación del próximo día 12. Fue Fraga quien, contra los deseos de Herrero, abortó la presentación de una moción consecuencia de esta interpelación, tras una sesión parlamentaria abiertamente criticada por una mayoría de los propios miembros del grupo Popular.

El giro de Alzaga

Óscar Alzaga, siguiendo los pasos de no pocos dirigentes de AP, se desmarcó ayer públicamente de la iniciativa parlamentaria de Herrero, dando, de paso, una nueva vuelta -a sumar a las varias ya protagonizadas por Fraga- al sentido con el que debe interpretarse la abstención; ahora, según Alzaga, la abstención es equivalente a la libertad de voto que preconizan reformistas, Convergencia de Cataluña y el PNV. Y, sin embargo, el propio Alzaga declaraba recientemente a este periódico: "recomendar el voto en conciencia es algo que me parece lícito, pero que se queda un tanto cojo en las actuales circunstancias".Alzaga convocó ayer a la prensa, aparentemente en. un intento de clarificar recientes declaraciones suyas, en el sentido de que la abstención debe ser contabilizada como equivalente a tina votación afirmativa a la permanencia de nuestro país en la Alianza Atlántica.

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