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El Consejo de Europa prepara una carta sobre los derechos de las lenguas minoritarias

La carta europea de las lenguas minoritarias tendrá la forma jurídica de una convención, el instrumento jerárquicamente más alto que puede aprobar el Consejo de Europa, según el documento de trabajo que estudiará próximamente la Comisión de Educación y Cultura de la asamblea. Dicha elección responde al interés del Consejo por garantizar el cumplimiento de esta convención protectora de las lenguas minoritarias, unas 50 en la Europa occidental. Se propone el establecimiento de una vía de recurso para denunciar las discriminaciones que protagonicen los Gobiernos que hayan ratificado la carta.

Este documento es el resultado del trabajo de una comisión integrada por ocho expertos europeos, y constituye el primer paso de la tramitación de la Carta, cuyo texto podría presentarse ante la asamblea parlamentaria del consejo en 1987. El próximo día 20 de marzo, el ponente de la comisión de Educación y Cultura del Consejo, el diputado socialista español Lluís Maria de Puig, presentará el argumento al pleno de la comision.La Carta de las lenguas minoritarias será una convención, al estilo de la Carta Social Europea, si prevalecen las tesis de la ponencia. En el documento, al que ha tenido acceso este diario, se pone especial énfasis en esta fórmula. Algunas de las ventajas recogidas en el mismo son las siguientes: "Debe ser aprobada porunanimidad, pero no obliga a los Estados que no la ratifiquen"; quienes la ratifiquen "tienen obligación de cumplirla" y las convenciones permiten el establecimiento de un mecanismo de control sobre su cumplimiento.

"La Carta ha de poner el acento en la defensa de las lenguas minoritarias, particularmente en las situaciones en las que se produce un conflicto de derechos entre lenguas o colectividades", se afirma en el documento. Los expertos no se han pronunciado aún por la nomen clatura definitiva para este conjunto de lenguas, aunque se recoge una larga lista de posibilidades minoritarias, regionales nacionales, étnicas, cooficiales maternales o autóctonas. Tampoco se ha decidido hasta el momento la inclusión de una relación de las lenguas protegidas, inclinándose por la teoría de que sean los Estados ratificantes los que elaboren el mapa linguístico de Europa.

En el capítulo de los grandes planteamientos de la carta,

destaca la decisión de renunciar a la definición del término "lengua" dadas las dificultades "para regar a una definición científica aceptada políticamente" y la decisión de no incluir en la convención a los dialectos "por las dificultades que supone delimitar las lenguas".

Diversidad de situaciones

Ante la diversidad de situaciones sociopolíticas del conjunto de lenguas susceptibles de protección, desde las que tienen verdaderas posibilidades de normalización (se citan como ejemplos el catalán, el gallego y el corso) hasta los de normalización "hipotética dudosa" (casos del occitano, el bable o el piamontés), los expertos opinan que "sería absurdo y seguramente inútil aplicar a una lengua sin posibilidades reales [de normalización] los mismos criterios de promoción que han de prevalecer para las lenguas que pueden convertirse en instrumentos de comunicación y cultura de masas, a corto o medio término".La futura Carta protegerá el derecho a la educación en la lengua materna o regional, con el objetivo de que "este derecho pueda hacerse efectivo desde el nivel preescolar al universitario". El documento de trabajo recoge también la pretensión de que la historia y la cultura regional sean materias "normalmente impartidas" en los centros de enseñanza ubicados en una determinada área lingüística.

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