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Parir en Guadix

El pueblo lleva un mes de conflictos contra la reforma sanitaria de la Junta de Andalucía

Desde hace varias semanas, Guadix vive en permanente tensión. El conocimiento de que la reforma sanitaria auspiciada por la Junta de Andalucía llevará a que los cinco médicos especialistas con que cuenta el ambulatorio de la localidad se concentren en Baza, donde se inaugurará en primavera un hospital comarcal, ya construido, ha llevado a un amplio grupo de mujeres de esta localidad a encerrarse en el ambulatorio, y a los vecinos, a protagonizar cortes en la carretera y en el ferrocarril y cierres de comercios, pese a que las autoridades de la Junta insisten en que va a incrementarse la asistencia sanitaria en Guadix. La población accitana, que hasta ahora dependía sanitariamente de Granada, se niega taxativamente a empezar a dirimir sus problemas médicos en Baza.

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La decisión del gobernador civil de la provincia de promover denuncias judiciales contra los vecinos por desórdenes públicos, conocida cuando todavía está en la mente de los habitantes de Guadix la carga policial del pasado día 21, que todos califican de desmesurada, ha encrespado más los ánimos.La reivindicación vecinal de que se construya otro hospital comarcal en Guadix, cuando el de Baza está a punto de inaugurarse y dista de la primera población 48 kilómetros, 11 menos de los que hay entre Guadix y Granada, y por una carretera considerablemente mejor, no se barajó desde el primer momento. Ha sido una petición añadida tras los primeros enfrentamientos con la Junta de Andalucía.

En la afirmación de las mujeres, encerradas en el ambulatorio de que, como un acto de protesta más, están estudiando la posibilidad de abstenerse en el referéndum sobre la OTAN -lo que sería coincidente con la postura de Alianza Popular- o poner en la papeleta simplemente "queremos un hospital" ven una prueba de manipulación política quienes afirman que el conflicto es puramente preelectoral y que terminará tras el referéndum.

La decisión de construir el hospital comarcal. en Baza se tomó hace varios años, bajo el Gobierno de UCD, en una reunión de alcaldes de las comarcas de Guadix, Baza y Huéscar, entre los que había ediles de diversas tendencias políticas. "En aquella reunión estuvo el entonces alcalde de Guadix y no se opuso a que el hospital se hiciera aquí", explica el alcalde de Baza. "La Administración central estuvo de acuerdo con esta ubicación por razones geográficas, claras y objetivas", añade. "Es que nadie entonces nos informó de nada", replican las mujeres encerradas en el ambulatorio de Guadix.

Baza. Casi 22.000 habitantes, dedicados mayoritariamente a la agricultura y la ganadería. Escasísima industria. El hospital comarcal atenderá. a unos 140.000 habitantes. "En el Plan Económico de Andalucía", dice el alcalde bastetano -que es como se llaman los naturales del pueblo-, "se afirma que es de las zonas de más paro de la comunidad autónoma". La corporación tiene 21 miembros: 15 del PSOE, cinco de Alianza Popular y uno independiente.

Guadix. Unos 1.000 habitantes menos que Baza, en una comarca "de las de más tradición histórica de España, y ahora de las más marginadas", según el teniente de alcalde y alcalde en funciones, Miguel Tauste. De estar sanitariamente bien equipada, podría atender a unos 65.000 habitantes. "Aquí tenemos un sentimiento de desesperanza, porque la comarca está, económica y culturalmente, en el subdesarrollo más total. Es una de las que tiene menor renta per cápita de toda Andalucía", añade Tauste. La corporación tiene 21 miembros: 14 del PSOE y 7 de Alianza Popular.

¿Cómo se explica que dos ayuntamientos mayoritariamente socialistas, en comarcas muy pobres, puedan tener conflicto entre ellos, y que el de Guadix, además, se encuentre con problemas porque cuando parte del grupo municipal socialista apoya al pueblo se enfrenta a la Junta de Andalucía, también compuesta por miembros del PSOE, y a la propia estructura de este partido? Antonio Martínez, alcalde de Baza, ve en el conflicto "motivaciones políticas de la derecha dura para ir en contra del partido gobernante en la Junta".

Guadix, por boca de sus mujeres encerradas en el ambulatorio, dice huir de todo enfrentamiento con el pueblo vecino y obrar exclusivamente por sus propios intereses. "Queremos continuar con la dependencia hosipitalaria de Granada", dice Loli Moya en el centro de un corro multitudinario, varios de cuyos miembros se exaltan cuando se apunta si no influirán en la historia problemas de rivalidad regional, y lo niegan con agresivo ardor.

"Es cierto que Baza está más cerca, y que la carretera es mejor", sigue Loli Moya, "pero a Granada tenemos la carretera alternativa de Iznalloz o el tren, cuando nieva en el puerto de la Mora, mientras que a Baza, si se hiela el puerto del Baúl, no podemos pasar. Nuestras condiciones sanitarias son tercermundistas. No hay en toda la comarca una sola cama para dar a luz. El otro día, durante nuestro encierro, una mujer parió en una camilla y a la luz de un flexo".

El socialista Miguel Tauste, alcalde en funciones de Guadix, ratifica que las condiciones sanitarias de la comarca son deficientes y añade que "posiblemente con la dependencia de Baza perdamos entidad, y con el tiempo tienda a desaparecer nuestra comarca. Con estas miras se pide que haya aquí otro hospital comarcal porque, aparte de crear puestos de trabajo, se trataría de atender hospitalariamente a pueblos incluso de la Alpujarra, que comercialmente ya afluyen aquí. Si nos dicen que económicamente no puede haber dos hospitales en 50 kilómetros, las autoridades autonómicas deberían darnos una solución, sea ésta demográfica o técnica".

Medicina puntera

"Hay, además, aquí un sentimiento general", sigue Tauste, apoyado por dos concejales socialistas más, Antonio Sánchez y José Ramos, "de que la calidad de la medicina en Granada es mejor que en cualquier otro lugar de Andalucía y que incluso es una de las capitales punteras de la medicina en España. Y luego el pueblo teme que al depender de Baza en los aspectos sanitarios se empiecen a desplazar allí las poquitas inversiones que puedan hacer aquí las gentes de la comarca".Según la Junta de Andalucía, con la reforma sanitaria habrá en Guadix 11 especialidades en vez de cinco, y los especialistas estarán doble número de horas que actualmente. "La población piensa que los especialistas pasarán consulta según el número de enfermos que tengan, mediante cita previa, y que si una semana no hay enfermos, el médico no vendrá, mientras que si en los intervalos en que el especialista no esté aquí alguien se pone malo tendrá que trasladarse a Baza", dice el alcalde en funciones.

El pueblo ha trasladado sus peticiones al viceconsejero de Salud y Consumo de la Junta, al propio consejero, al delegado en Granada, al defensor del pueblo andaluz y al presidente de la Junta. El consejero de Salud, Pablo Recio, hace hincapié en que las autoridades autonómicas se deben a siete millones y medio de andaluces y que los costes que supondría otro hospital en Guadix, "1.100 millones de pesetas para 60.000 habitantes, planteado así y si no se ofrece otra salida, puede ser una postura tremendamente insolidaria con la población de la sierra norte de Cádiz y de Sevilla, en donde con mucho menos podrían resolverse problemas más imperiosos".

Aunque todos separan taxativamente los problemas sanitarios de lo que puedan ser rivalidades entre ambos pueblos, no parece fácil deslindar un cierto sentimiento de competencia reiteradamente negado. La concejala de cultura y hacienda del Ayuntamiento de Baza, la socialista Carmen Valdivieso, habla de "rivalidades atávicas que se pierden en los tiempos" y cuenta cómo en estos días en los que, al cortar la carretera, los accitanos cerraban el acceso a Baza, entre otras localidades, "los estudiantes de nuestro pueblo no, podían llegar hasta aquí. A los de Baza nos insultan cuando pasa el coche de línea, e incluso a un concejal de Alianza Popular de Baza, Enrique el de los jamones, le cayó un enorme pedrusco encima del coche".

Intereses privados

Valdivieso piensa que en el conflicto "están teniendo que ver los intereses privados de los médicos. Guadix era subsector sanitario, por lo que teníamos que ir allí desde a buscar recetas hasta a ver al inspector médico. Ahora Baza será sector sanitario y ellos perderán protagonismo. Tendrán más especialistas, pero la jerarquía estará aquí, lo que quizá llaga que se vean afectadas las consultas privadas de los médicos de Guadix".Hay varias cuestiones que han enfrentado a las dos localidades tradicionalmente, aunque en uno y otro pueblo aluden a ellas de pasada y tras hacer profesión de fe de hermandad y correctas relaciones. Aparte del tema de la Virgen de la Piedad, encontrada, en Guadix y actualmente en Baza, en cuyo convento de los mercedarios se halla entronizada, con categoría y cetro de alcaldesa, al alcalde de Baza, por ejemplo, se le escapa decir que el equipo bastetano de fútbol está en Tercera División, mientras que el de Guadix juega en regional.

Además, ambas localidades tenían escuela de magisterio, relacionada con la Iglesia, y un buen día desapareció la de Baza. En Guadix, asimismo, tienen escuela de artes y oficios, "que, como la de magisterio, acoge también a nuestros hijos, porque los habitantes de aquí vamos allá a estudiar, a montarnos en el tren o a ver al inspector médico con mucho gusto", explica el alcalde, Antonio Martínez. "Por eso nos deja un poco perplejos que ahora los de Guadix no quieran venir aquí".

Y luego está el terna del obispo. Porque Guadix y Baza votarán socialista, y esta última localidad presumirá de su incontestable fe republicana de lustros. Pero un obispo es un obispo, y el de la diócesis Guadix-Baza reside en Guadix, y va poquito, muy poquito, por Baza. ¿O no? "Pues no, no pueden quejarse, aunque eso me lo dicen en todas partes. Voy muchas veces por Baza, aunque no hago evidente mi presencia", afirma Ignacio Noguer. Monseñor se ha echado a la arena en favor del hospital en Guadix y dice que "desde el principio he querido ser un puente, porque el pueblo parecía no aceptar a la autoridad que lo representa, a la autoridad civil, y se veía frustrado por esas autoridades, con razón o sin ella. Yo tenía que ser un puente para hacer comprender a las autoridades civiles la profundidad y gravedad de los acontecimientos".

"Guadix", continúa el obispo, "no se ha sentido ni informado ni respaldado. El pueblo ha valorado la presencia aquí de los especialistas y, aunque se le ha dicho que éstos iban a duplicar sus horas de presencia, ha tenido una duda profunda en su interior, no acaba de convencerse de que sea verdad".

"Hasta los sectores más clericales de aquí se extrañan de que el obispo sólo hable por Guadix", comenta Carmen Valdivieso, concejala de Baza.

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