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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El narcisismo no tiene azares

En las páginas de opinión de EL PAÍS del 19 de febrero leo un artículo de Helena Béjar sobre el narcisismo; asunto que me ocupó una temporada, pues fue el objeto principal de mi tesina. Aunque participo con la autora en considerar a nuestra cultura occidental como narcisista, creo que el análisis queda desdibujado por sus quereres hacia el liberalismo doctrinal.Empieza diciendo: "Las gentes se han instalado en la convicción de que esta crisis de fin de siglo no tiene una solución colectiva". Pues bien, las gentes no se han instalado, nos han instalado fuera de la política, en la tendencia, a pesar de los valores democráticos, hacia una oligarquía a la que sólo pertenecen los políticos, mientras los ciudadanos quedan como mítica opinión pública.

El texto de Helena Béjar es pura añoranza, una propuesta hacia el pasado. Habla de revisión del liberalismo, cuando ha sido el liberalismo la generatriz del individualismo, y su heredero, el narcisismo. La competencia, valor esencial del liberalismo, nos ha llevado a ver en los otros peligrosos oponentes y desconfiar de nuestras fuerzas en las miradas narcisistas; a encontrarnos inseguros y rodeados de rivales. Propone reconstruir "la esfera privada", precisamente la que ha originado la situación actual. Proponer únicamente esto es no proponer nada, o, mejor dicho, proponer seguir igual.

El narcisismo, es verdad, no es equivalente al egoísmo, pero tampoco es "una actitud pasiva y desesperanzada tendente al cese de toda tensión". Sí, una de las claves está en El malestar de la cultura, de Freud: como él vaticinaba, ese malestar, del cual la ansiedad producida por el narcisismo es síntoma, se manifiesta en conductas agresivas. Agresividad en el narcisismo individual del ejecutivo, que quiere ver su imagen en un lugar bien visible de la empresa. Agresividad en el narcisismo de grupo, que se derrame en los estadiosíras los colores de un equipo. Ni el azar, ni una misteriosa perversión, ni astucia de la razón alguna, entran en el instrumental que un sociólogo debe, como científico, utilizar para su análisis. El narcisismo, como cualquier otra actitud social, tiene que ver con la estructura social y económica del contexto, con las relaciones de producción y de dominación. El narcisismo no tiene azares- Javier Callejo.

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