El ex presidente se sometió a una revisión médica en su primer día de exilio
El presidente derrocado de Filipinas, Ferdinand Marcos, fue sometido ayer, poco después de su llegada a la base norteamericana de Anderson, en la isla de Guam, a un reconocimiento médico, que duró dos horas. "Parecía enfermo, viejo y cansado", dijo, refiriéndose a Marcos, el gobernador en funciones de Guam, Edward Reyes, que acudió a recibirle. "Lo único que quería en ese momento era meterse en la cama y descansar", añadió.Marcos pasó la mayor parte del primer día de su exilio a bordo de aviones militares norteamericanos, que le transportaron primero desde la base de Clark, en Filipinas, a la isla de Guam, territorio del Pacífico bajo administración norteamericana, y desde ésta a Honolulu, al norte del archipiélago de Hawai. Marcos había pasado la noche del martes en la base norteamericana de Clark, unos 100 kilómetros al norte de Manila, a la que llegó procedente del palacio presidencial de Malacañang en un helicóptero de EE UU que le puso a salvo una vez que decidió huir del país.
En la mañana de ayer, y a bordo de un avión hospital, Marcos viajó a la isla de Guam, (distante 2.400 kilómetros de Filipinas), donde pasó 13 horas. El hombre que gobernó Filipinas con mano de hierro durante 20 años hubo de subir al avión DC-9, transformado para uso lanitario, en una camilla, ayudado por dos enfermeros. Durante el viaje a Guam, Marcos estuvo asistido por un equipo de médicos, que disponían de diverso material clínico para poder atender las dolencias renales que padece.
Cuando, al cabo de ocho horas de vuelo, llegó a la isla del Pacífico controlada por Estados Unidos, Marcos descendió por su propio pie del avión, escoltado por un soldado que sostenía un paraguas para protegerle de la lluvia. Marcos vestía un chubasquero blanco y camisa y pantalones oscuros. En la cabeza llevaba una visera de golf adornada con el emblema filipino. Su esposa, Imelda, vestía un traje rojo y daba la mano a uno de sus nietos pequeños. Los dos saludaron a un grupo de autoridades locales y de la base que les dieron protocolariamente la bienvenida.
Saludo frío
Según testigos presenciales, el tono del recibimiento fue frío, y apenas estuvo adornado por mínimas sonrisas de agradecimiento. Marcos y su esposa se trasladaron en coche a la residencia para invitados ilustres, en el recinto de la base de Anderson, donde descansaron. Marcos sólo salió de esa residencia para ser trasladado al cercano hospital de la Marina norteamericana, en la base de Aguana, donde se le practicó el reconocimiento médico ya mencionado. Concluido éste, regresó a la residencia y volvió a descansar.Cuando abandonó Guam hacia Hawai, pasadas las once de la noche, hora local (cuatro de la tarde, hora peninsular), Marcos "tenía mejor aspecto que a su llegada, parecía más relajado", según el gobernador Reyes. Marcos y su séquito permanecieron 13 horas en la isla de Guam, de la que salieron con rumbo a Honolulu a bordo de dos aviones militares C-141.
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