Historia de dos expedientes

Oviedo, 7 de agosto de 1971. Con esta fecha se ha recibido escrito del señor secretario de la Diputación Provincial del tenor literal siguiente: "Pongo en su conocimiento que por el ilustrísimo señor presidente se ha resuelto, previo informe de la comisión de gobierno, emitido en reunión de 27 de julio último, se comunique por usted al personal la falta de disciplina que implica el que sin previa autorización emita en la Prensa sus juicios sobre la marcha y política de los establecimientos provinciales, problemas cuyo tratamiento incumbe únicamente a los órganos de gobierno de la Diputación y del órgano gestor, únicos que públicamente, como responsables que son de los servicios provinciales, pueden, con pleno conocimiento de causa, enjuiciar los problemas económicos y de organización y administración de ellos. Lo que traslado a usted para su conocimiento y efectos, significándole que del mismo deberá informar a todo el personal dependiente de su servicio. Dios guarde a usted muchos años. Firmado, el gerente en funciones".Quince años más tarde... en democracia constitucional y bajo Gobierno socialista. Con fecha 7 de febrero de 1986, el señor gerente ordena incoarle expediente por los hechos que paso a relatarle: El día 6 de febrero de 1986 aparecieron en el diario La Nueva España unas presuntas declaraciones suyas, según las cuales, y en contra de lo señalado en la resolución dictada por el ilustrísimo señor consejero de Sanidad, el Hospital General de Asturias no podía ser autorizado para las prácticas de interrupciones voluntarias de embarazo. Por otro lado, en las citadas declaraciones se señala que no se cumplía el reglamento, con un método arbitrario.

Las citadas declaraciones suponen un menoscabo para el buen nombre del hospital y la mismas pueden llevar a una confusión de la opinión pública, ya que en todo caso la representación del hospital en materias que afectan a cuestiones generales de éste corresponde al ilustrísimo señor consejero de Sanidad o, en su caso, a la gerencia del centro. Ello supone una presunta falta laboral calificada como grave, por lo que pudiera ser sancionado. Lo que comunico a efectos oportunos. Firmado, el jefe de personal.

..."Y la hipocresía que peor me pareció entre ellos fue ésta: que también los que mandan fingen hipócritamente tener las virtudes de quienes sirven...". Así hablaba Zaratustra (Friedrich Nietzsche).-