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Los vecinos de los clanes que se enfrentaron a tiros, temen que se produzcan represalias

Amelia Castilla

Tres hombres se encuentran detenidos en relación con la pelea que se produjo en la madrugada del pasado martes, en el curso de la cual ocho personas pertenecientes a dos familias gitanas resultaron heridas por arma de fuego, en la avenida de Guadalajara, en el distrito madrileño de San Blas, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía. Entre los vecinos de la zona existe el temor a que se produzcan represalias. Una de las familias afectadas ha abandonado el barrio de casas prefabricadas, conocido como los módulos y considerado un importante centro de distribución de drogas.

La mayor parte de los vecinos se había acostado o veía la televisión cuando se escucharon los primeros disparos. Los tres detenidos, Jesús Jiménez Silva, de 29 años, su hermano Genaro, de 36, y Enrique Silva Montes, -internados en el hospital Provincial por heridas de bala-, estaban en la puerta del módulo número 84, donde habían organizado una pequeña fiesta. Sus. vecinos, por el contrario, estaban de luto y pidieron que cesara la fiesta. "Eso a nosotros no nos importa", replicaron los otros. Genaro Jiménez sacó una pistola y disparó al aire. Instantes después se inició un tiroteo, que duró cerca de media-hora.Los vecinos de las casas próximas aseguran que "la calle se convirtió en lo más parecido a un poblado del Oeste norteamericano. Había hombres con pistolas y escopetas por todas partes, unos disparaban desde el suelo y otros desde la terraza", explicaron. Siete unidades de la policía, que llegaron al lugar del suceso alertados por los vecinos, tuvieron que efectuar numerosos disparos de intimidación para poner fin a la pelea (ver EL PAÍS de ayer).

Los heridos no saben nada

María Gabarri, de 60 años, con herida de bala en una pierna, manifestó ayer que se encontraba en la cama,cuando escuchó la primera detonación y salió a la calle a ver qué pasaba. Tres personas más de la misma familia entre ellos una joven de 15 años y su padre, también resultaron alcanzados por las balas.

Primos y hermanos de la familia, a los que se conoce como los Borla, llegaron ayer hasta el barrio de San Blas para interesarse por el estado de los heridos. Una de estas personas aseguró "que se intenta evitar la venganza y que nadie quiere que se repita el enfrentamiento". Los Borla, que ayer aseguraron desconocer el origen del incidente, llegaron al poblado hace seis años desde el Pozo del Tío Raimundo, en el barrio de Vallecas, donde vivían en una chabola.

Ninguna persona se encontraba ayer en el módulo ocupado por la otra familia, a los que se conoce como los Cuquis. Al parecer, los dos cianes ya habían tenido pequeñas diferencias. Los vecinos de la zona ternen que "se produzcan represalias y que se organice una matanza", comentó uno de ellos. La policía patrullaba ayer por las calles para evitar nuevas,peleas.

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En el barrio, formado por viviendas prefabricadas de dos plantas, viven 398 familias, entre payos y gitanos. Los vecinos manifestaron que llevan seis años esperando que se les entregue un piso y que la convivencia en la zona es cada día más difícil, puesto que la barriada se ha convertido en un centro importante de distribución de drogas.

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