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UN NUEVO JEFE DE ESTADO PARA PORTUGAL

La incógnita de la cohabitación

La victoria de Mario Soares fue la derrota de los triunfadores en las legislativas de octubre, y muy particularmente del primer ministro, el socialdemócrata Aníbal Cavaco Silva, que se empleó a fondo para conseguir el triunfo del conservador Diego Freitas do Amaral. La nueva situación plantea una incógnita sobre la futura cohabitación entre la presidencia del Gobierno y la jefatura del Estado.

Soares tiene varias e importantes cuentas pendientes con Cavaco. Por orden cronológico, la caída de su anterior Gobierno, la aplastante derrota socialista de octubre y la apuesta del primer ministro por Freitas.

El jefe del Ejecutivo, sin embargo, ha sido muy hábil y no ha quemado las naves. Cavaco, aun empeñándose a fondo con Freitas, se ha limitado a decir que con Soares "será más difícil la tarea de gobernar".

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Soares se apresura a distanciarse de los comunistas

En sus declaraciones del domingo, tanto Soares como Cavaco se manifestaron dispuestos a evitar la guerrilla institucional entre Gobierno y Presidencia que ha caracterizado la estancia del general Ramalho Eanes en el palacio de Belem.

El líder socialista prometió su colaboración "con el Gobierno, que es legítimo al contar con el apoyo de la Asamblea de la República" y el socialdemócrata reiteró que, por él, "no habrá conflictos institucionales". Según Cavaco, "luchas electorales son luchas electorales y gobernar Portugal es gobernar Portugal".

Política pragmática

El primer ministro cuenta con un gran aliado, la política pragmática y popular de su Gobierno. En los tres meses que lleva al frente del Ejecutivo, ni siquiera los comunistas han podido presentarle objeciones de fondo. Las críticas que le hacen están más relacionadas con lo que sería el futuro junto a Freitas que con su actuación presente. "Tenemos de nuestro lado lo que yo llamo el quinto poder: la opinión pública", subraya Cavaco.

En estas condiciones y con un partido socialista pendiente de la reorganización interna suscitada por la salida de Soares de la secretaría general es difícil la caída a corto plazo de Cavaco. El primer ministro cuenta en el Parlamento con el apoyo del eanista Partido Renovador Democrático (PRD) y del derechista Centro Democrático Social (CDS), dos grupos nada interesados en unas elecciones anticipadas. Con esta posición cómoda en la Asamblea de la República los mayores problemas para Cavaco los representan las eventuales luchas intestinas en el Partido Social Demócrata (PSD). En éste ya se han dejado oír voces que cuestionan la estrategia seguida por la actual dirección ante la derrota del candidato apoyado oficialmente por el partido.

La prueba de lo que han de ser las futuras relaciones entre los partidos tras la elección del domingo no ha de tardar en llegar: es inminente la discusión parlamentaria de los presupuestos del Estado, expansionistas y con reducción de impuestos.

En la calle, la hermandad de estos días entre trabajadores socialistas y comunistas pondrá en aprietos al Gobierno si persiste en algunos de sus proyectos, difícilmente aceptables por los sindicatos.

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