Un plante de los actores impidió ayer la representación de la tarde de la obra 'Romeo i Julieta'
La obra Romeo i Julieta, que se ofrece desde hace tres semanas en el teatro Victoria, de Barcelona, no se representó ayer por la tarde debido a un plante de los actores, que no han cobrado desde que se estrenara la pieza. El factor desencadenante del paro fue la decisión del Banco de Sabadell de no dar por válido un documento de la Generalitat de Cataluña en el que se reconocía una ayuda de 4.250.000 pesetas a pagar una vez aprobado el presupuesto de 1986.
La función de la noche sí se realizó, tras decidir la compañía la reanudación de las funciones, al menos durante los próximos 15 días. El abandono del local por la compañía supondría la pérdida de un teatro para Barcelona, ya que el edificio se transformaría en un aparcamiento.Ayer, las más de 400 personas que habían comprado entradas para ver la función de las 17.30 horas de Romeo i Julieta, de William, Shakespeare, en versión. de Josep Maria de Sagarra, tuvieron que devolverlas, a cambio del dinero, a las taquillas, en presencia de dos coches de la Policía Nacional, que habían acudido por si se producían disturbios ante la decisión súbita y no anunciada de los actores de no subir al escenario tras no haber cobrado ninguna de las representaciones ofrecidas desde que se estrenó la obra, hace ahora tres semanas. No hubo disturbios, pero sí una cierta pesadumbre por parte de aquéllos, que vieron alterados sus planes originales.
"Lo primero que queremos es pedir disculpas al público", afirmaron, pensando en esas personas, Silvia Munt y Maria Josep Arenós, dos de las protagonistas de la obra y portavoces improvisadas de los actores. Ambas coincidían en considerar "quizá precipitada" la suspensión de la función, pero pensaban que "era necesario un toque de atención, una llamada de alerta, ante la posibilidad de que Barcelona pierda un teatro, una compañía y una obra montada, por problemas burocráticos".
Los problemas burocráticos vienen de lejos. En octubre, el grupo Teatre de Barcelona-Companyia d'Art Dramàtic, que dirige Esteve Polls, solicitó a la Generalitat una ayuda para el montaje y otra al Ayuntamiento de Barcelona, en concepto de subvenciones a las salas teatrales. La respuesta de la Generalitat se demoró durante varias semanas al coincidir con el cambio del conseller Joan Rigol por Joaquim Ferrer. Cuando llegó, lo hizo en forma de compromiso y la compañía lo utilizó como aval para conseguir un préstamo de la Caixa de Catalunya, entidad que, sin embargo, consideró necesario añadir otros dos fiadores para los intereses.
La concesión de una segunda ayuda de 4.250.000 pesetas estaba supeditada a la aprobación de los presupuestos de la institución autonómica catalana por parte del Parlament. Mientras, el conseller Ferrer firmó un documento, según reconoció ayer a este diario, en el que manifestaba su intención de incluir la partida en dicho presupuesto y la compañía decidió utilizarlo como aval para un nuevo préstamo, esta vez del Banco de Sabadell. El banco, ninguno de cuyos responsables pudo ser localizado ayer, contestó, según los miembros de la compañía, que no podía reconocer el documento como garantía y que, por consiguiente, denegaba el préstamo. Ello implicaba la imposibilidad de cobrar los salarios adeudados y, unido a la baja afluencia de público, cuestionaba seriamente la viabilidad de la obra. A los actores les cuesta comprender que "bancos y cajas concedan tan escasa credibilidad a un documento del Gobierno. oficial de Cataluña.
"Nuestra situación era y es crítica", afirmaron Munt y Arenós, «porque mucha gente no tiene ningún otro tipo de ingreso y necesita el dinero para seguir viviendo. De ahí, que se haya tomado la decisión de parar". Posteriormente, los actores decidieron en asamblea reanudar las representaciones previo acuerdo con la empresa arrendataria del local.
Babelia
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