El desplome del dólar se generaliza en todos los mercados
El dólar agravó ayer su tendencia a la baja en todos los mercados mundiales. En Japón, la divisa norteamericana cotizó, en un momento, a 185,75 yenes, el nivel más bajo desde noviembre de 1978. En Madrid, el cambio se cerró a 148,635 pesetas, perdiendo una peseta en relación al día anterior. El mercado de petróleo siguió con la misma tónica de debilidad, y Egipto comunicó a sus clientes la baja del precio oficial de su crudo a 19 dólares por barril, un listón muy próximo ya al del mercado libre.
La baja del dólar es consecuencia, según interpretan todos los expertos, de la política seguida por la Administración de Reagan para tratar de afrontar los desequilibrios de su economía. Con un déficit fiscal de cerca de 200.000 millones de dólares y otro de su balanza comercial próximo a los 138.000 millones de dólares, la única posibilidad que tiene Washington es favorecer un cambio de su divisa que estimule las exportaciones.Asimismo, la estrategia monetaria decidida por la Reserva Federal (banco central norteamericano), que el martes celebró una reunión decisoria de su Open Market Committee (Comité para el Mercado Libre), de mantener inalterable la política respecto a los tipos de interés también favorece una disminución del valor del dólar y, paralelamente, una mejora de las posiciones de las monedas europeas con respecto a la divisa norteamericana.
La caída de los precios del petróleo sigue siendo, sin embargo, el factor determinante en la actual tendencia a la baja del dólar. El firme convencimiento de los cambistas de que la baja representa, a la larga, más ventajas para los países europeos y Japón que para Estados Unidos, provoca una corriente especulativa hacia las monedas fuertes, como el yen, el marco alemán y el franco suizo, que debilita al dólar.
En el mercado se nota todavía el efecto del mensaje sobre el estado de la Unión del presidente Reagan, en el que, además de proponer la celebración de una conferencia monetaria mundial, apostó por una vuelta a un sistema de paridades, si no fijas, al menos sujetas a algún tipo de previsión.
La época de la flexibilidad en los cambios parece tocar, por tanto, a su fin, mientras las monedas buscan un cambio ajustado a la realidad de las distintas economías nacionales.
Pasa a la
página 43
Estados Unidos favorece el debilitamiento del dólar
Viene de la página primera
La Administración Reagan no oculta su clara preferencia por un dólar mucho más bajo. El hundimiento de los precios del petróleo posibilita ahora una estrategia que, aparte de reducir el déficit fiscal, disminuye las necesidades de capitales extranjeros para financiarlo. Todo ello permite que Washington mantenga a la baja los tipos de interés y garantiza que el dinero especulativo busque nuevos refugios para su rentabilidad. El alza del oro es un hecho sintomático.
En Japon, sin embargo, el fortalecimiento del yen está llegando a unos niveles -185, frente al dólar- que no causan mucho entusiasmo en medios próximos al Gobierno. Ayer, el influyente gobernador del Banco de Japón, Stoshi Sumita, reiteró en una conferencia de prensa su opinión de que el yen estaba subiendo demasiado aprisa. La advertencia apenas fue seguida por el mercado, puesto que el dólar cerró a 186,35 yens.
En Europa, los mercados abrieron fuertemente influidos por lo acontecido en Tokio. En Suiza, el dólar cotizó por debajo de los dos francos (1,9875 concretamente), lo que no ocurría desde mayo de 1982. La ley del péndulo azota los mercados de cambio, con los expertos apuntando a un afianzamiento de la tendencia descendente de la divisa norteamericana.
El dólar ha caído de 240 yens, desde el pasado septiembre, a 186 yen, ayer. En el descenso han influido las dos reuniones mantenidas en Nueva York y Londres por el grupo de los cinco países más desarrollados, donde se decidió adoptar una política de debilitamiento de la divisa norteamericana.
Egipto baja los precios
En el mercado del petróleo, la única novedad resaltable ayer fue la decisión egipcia de ajustar su precio oficial a la realidad del mercado libre y el temor creciente de que México, como consecuencia de la disminución de sus ingresos petroleros, no pueda afrontar sus pagos de deuda exterior.
El Gobierno mexicano se prepara estos días para afrontar las difíciles negociaciones que tiene pendientes con los bancos acreedores, con múltiples declaraciones de que el país no busca una moratoria en su deuda sino unas condiciones de pago más acordes a la nueva situación.
El ministro de Asuntos Exteriores mexicano, Bernardo Sepúlveda, manifestó en Washington, después de reunirse con el secretario de Estado, George Shultz, que México requerirá un esfuerzo de comprensión por parte de sus acreedores, a la vista del hundimiento de los precios del petróleo.
Por su parte, fuentes del Fondo Monetario Internacional (FMI) no descartan que México recurra a la asistencia de los recursos de emergencia del organismo mundial, existentes para el caso de un súbito hundimiento de los precios de las materias primas. No obstante, las fuentes afirman que estos recursos serán insuficientes para paliar los efectos que tendrá sobre la economía mexicana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
