Comienza en Palermo el "superproceso" a la Cosa Nostra
El denominado superproceso a la Cosa Nostra -la organización marosa que ha sembrado Italia y el resto del mundo de heroína, asesinatos, extorsiones y un sinnúmero de delitos- se inicia a las nueve de la mañana de hoy en el bunker construido junto a la cárcel de Pucciardone (Palermo).
La expectación y las espectaculares medidas de seguridad en la capital siciliana eran las notas dominantes en la víspera del inicio del proceso. En éste se va a enjuiciar la historia reciente de la Mafia, después de más de tres años de investigaciones judiciales y las importantes confesiones de algunos arrepentidos de la organización.El juicio, cuya instrucción consta de 8.632 páginas, recogidas en 22 volúmenes, discernirá la inocencia o culpabilidad de 474 imputados y se enjuiciarán más de 100 asesinatos, tráfico de estupefacientes, extorsiones, secuestros y otros delitos.
Más de 120 de los acusados no se sentarán en el banquillo, puesto que se encuentran huidos desde que la justicia italiana ordenó su detención, entre ellos algunos de los más importantes capos de la Mafia italo-norteamericana.
Luciano Liggio, el jefe máximo del clan de los cataneses, la familia que actualmente domina la cúpula o comisión que preside la organización de la Cosa Nostra; Pippo Calo, considerado el cajero de la Mafia; Antonio Nene Geraci, sucesor de Gaetano Badalamenti en la Mafia de Cinnisi (Palermo) y Gerlando Alberti serán algunos de los principales capos presentes en el juicio.
Las primeras páginas de los periódicos italianos se hacían ayer amplio eco del inicio del histórico proceso a la organización criminal más importante del mundo. L'Unita, órgano del Partido Comunista de Italia, uno de los principales impulsores de la lucha contra la Mafia, anunciaba ayer que Felicia Buscetta, la hija de uno de los protagonistas del proceso, el arrepentido Tomasso Buscetta, se constituirá en acusación civil contra la Mafia.
Los defensores de los supuestos mafiosos ya han elaborado su defensa: ataque frontal a las tesis de los arrepentidos y máximo retraso de la actuación judicial.
Cerca de la mitad de los enjuicidados podría salir en libertad si no existe una sentencia condenatoria del tribunal, al cumplirse el plazo de prisión preventiva.
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