Canarias, en la distancia

Únicamente la distancia, no sólo geográfica, sino también cultural, que hay desde la Península a Canarias explica que un grupo musical como Mestisay sea prácticamente desconocido en Madrid, pues tanto su calidad intrínseca como su significado en la música popular de las islas deberían haberle deparado un mayor conocimiento.Desde hace 20 años se viene gestando en Canarias una música de raíz folclórica que ha dado con Los Sabandeños uno de los grupos más destacados de toda España. Pese a ser Los Sabandeños el grupo más conocido, no es el único; junto a él surgió un movimiento importante de grupos cuyo mayor inconveniente viene dado por la similitud que todos guardan con aquél, incluso entre los grupos más jóvenes. Quizá sea Mestisay, grupo de Las Palmas con tres excelentes discos en el mercado, el que mejor ha conseguido un lenguaje propio que, manteniendo la formación numerosa de Los Sabandeños, se despega de su estilo hasta crear una forma personal de expresión.

Sus recitales de presentación en Madrid y Salamanca constituyeron todo un ejemplo de bien hacer. Su trabajo tiene una inconfundible .base folclórica, tanto en los temas tradicionales como en los de composición propia. La incorporación a este material de leves pero sustanciales variaciones en los arreglos, tanto corales como instrumentales, y la inclusión de algunos instrumentos no folclóricos -el violín, la flauta o el acordeóndan a su música un marcado carácter de modernidad que los diferencia y les confiere singularidad entre todos los grupos españoles.

Mestisay posee una excelente sección de instrumentos de púa, voces solistas de perfecta modulación y potente emisión y un sentido del buen gusto que se nota en todas sus canciones, especialmente en las de tiempo lento, como en los aires de lima, realmente destacables, que interpretaron.

En la primera parte de su recital de Madrid cantaron temas tradicionales y de composición reciente, demostrando el rigor y la belleza de su trabajo, y en la segunda afrontaron su Romance del Corredera, un logrado intento de construir un romance contemporáneo sobre la figura mítica del último muerto canario de la guerra civil. Pedro Lezcano, autor del poema, hizo de sobrio y comunicativo recitador, y el abundante público agradeció la noche pidiendo sucesivos y coreados bises.