La fracasada reconquista del rey Leka
En septiembre de 1982 el rey Leka de Albania bendecía un desembarco suicida de un grupo de exiliados bien armados en una playa albanesa. Las fuerzas de Hoxha acabaron en cuestión de horas con los intrusos. Tres decenios antes, el legendario espía Kim Philby, de nacionalidad británica, había prevenido a los albaneses a través de Moscú del desembarco aerotransportado de otro grupo hostil que fue aniquilado.Nadie toma muy en serio las afirmaciones de Leka, vecino del madrileño Pozuelo de Alarcón hasta 1979, sobre sus planes de reconquistar Albania.
El autodenominado rey fue expulsado aquel año de Espafla con su ejército particular de 16 mocetones armados hasta los dientes, en compañía de la reina Susana, hija de un hacendado australiano. Además de dedicarse a la actividad editorial de imprimir pasaportes diplomáticos a nombre suyo y de sus próximos, Leka abrió en Ibiza en su tiempo una empresa de alquiler de lanchas.Se dice que sólo vivió en Albania tres días de su año de nacimiento (1939). Se fue del país con la corte de su padre al caer las primeras bombas de Mussolini. Mide dos metros y seis centímetros y quienes lo vieron subir en Madrid al avión que le llevó a Gabón aseguran que tenía pinta de Coloso de Rodas injertado de vaquero.El protocolo de la joven democracia española se las vio y se las deseó para que Leka se fuera del territorio nacional a proseguir sus negocios en otras latitudes sin que la maniobra acabara en breve drama ni en excesivo saineté.Leka exigió en nombre de su pasaporte diplomático, debidamente reconocido en tiempos de Franco, que se le enviara para pactar a un representante del protocolo español. Así se hizo, y se acordó que no sería explícitamente expulsado, sino debidamente acompañado hasta su despedida (que no expulsión) del territorlo nacional. De España se fue a la entonces Rhodesia de lan Smith y más tarde a Suráfrica.
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