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Tres nuevas muertes en Haití en la mas grave crisis, que ha conocido el régimen de Duvalier

La crisis política más grave en Haití desde que Jean-Claude Duvalier llegó al poder, en abril de 1971, causó el lunes tres nuevas muertes durante la más importante manifestación que se ha desarrollado en este país caribeño. Centenares de personas que recorrían las calles de Cabo Haitiano gritando "abajo Duvalier" fueron dispersadas violentamente por las fuerzas de seguridad. Tres personas, dos de ellas niños, resultaron muertas por los disparos de la policía. Estas nuevas víctimas se producen poco después de que Duvalier disolviese la policía política y anunciase el proceso de los responsables de la muerte de otras tres personas, en noviembre, en Gonaives, foco inicial de la actual rebelión de los jóvenes que se extiende por Haití.

Al grito de "abajo Duvalier" las manifestaciones han estallado de nuevo en Haití. Esta vez en Cabo Haitiano, 85 kilómetros al norte de Gonaives, con un saldo de otros tres muertos hasta el momento.Gonaives, cuna de la independencia de Haití, con unos 50.000 habitantes, es la cuarta ciudad del país y está situada 170 kilómetros al norte de Puerto Príncipe. Hoy se ha convertido, tras la muerte de tres estudiantes en los disturbios de noviembre y las manifestaciones de principios de enero, en un foco permanente de rebelión contra el régimen del presidente vitalicio Jean-Claude Duvalier.

Patrullas del Ejército circulan en vehículos militares por el centro de la ciudad para impedir que se formen nuevas manifestaciones, como las sangrientas del 28 de noviembre. En el patio del colegio de la Inmaculada Concepción unos jardineros limpian la maleza. Unos niños pasean por la cancha de baloncesto bajo un sol implacable. Las clases están, vacías, porque todas las escuelas permanecen cerradas en Gonaives desde el pasado noviembre.

A través de las ventanas se ve el polvo acumulado sobre los toscos pupitres de este colegio de religiosos donde, el 28 de noviembre un alumno de 19 años, Jean Robert Cius, cayó abatido por una bala que atravesó el cuaderno que llevaba delante de su pecho.

Un niño de 13 años explica lo ocurrido al enviado de éste periódico en un creole difícil de entender pero acompañado de gestos expresivos: "Los de la manifestación entraron al patio. Entonces apareció por la puerta el capitán, que apuntó y disparó. Jean cayó muerto a los pies del padre". El niño se deja caer en el suelo para reproducir la escena de aquel día.

"Viva el Ejército"

Un profesor del colegio relata que en Gonaives las manifestaciones duraron dos días, "el 27 los policías dispararon al aire, pero al día siguiente, a dar. Los chicos de los liceos y escuelas tomaron la calle a los gritos de "viva el Ejército", 'abajo la miseria','abajo la Constitución', 'abajo la presidencia vitalicia'. Nosotros fuimos el único colegio que había guardado a los alumnos, porque el director decía que estaban' más seguros en las clases. Llegaron los manifestantes y gritaban 'venid con nosotros'. Fue imposible retenerlos"."Salieron al patio y en ese momento alguien disparó sobre un chico que salía de la clase sin más armas que un cuaderno en sus manos".

"Otro joven se dirigió a los policías y les gritó que cómo eran capaces de disparar sobre la gente. El capitán ordenó que lo mataran. El chico salió corriendo, pero lo persiguieron hasta acorralarlo. El chico gritaba: 'Por favor, no me matéis; soy el hijo de Ernest'. Lo mataron en un callejón. Su padre era policía".

El callejón donde mataron al segundo joven es un lugar sucio y sórdido, que refleja perfectamente la miseria que se respira en Gonaives. El tercero de los jóvenes murió en el hospital a consecuencia de los golpes recibidos.

En una clase del colegio hay una lápida donde está representada una cruz de la que caen tres corazones rojos en forma de gotas de sangre. Otra lápida con los nombres de J. N. Robert Cius, Daniel Israel y Mackinkon Michel los llama "mártires de la esperanza". Dentro de la clase cuelga un cartel: "La nación llora y medita sobre la muerte de los tres alumnos de Gonaives".

Un religioso explica a este periódico que no volverá la calma a la ciudad ni a Haití. "El pueblo encontró la ocasión para expresar su descontento. Los jóvenes han tomado la calle y juraron no volver a la escuela hasta que el Gobierno no pida perdón y sean juzgados los criminales".

El pasado fin de semana la Prensa de Haití hizo pública una nota oficial que anunciaba la detención y encarcelamiento de tres presuntos responsables de los muertos de Gonaives. El mismo día el periódico del duvalierismo, Le Nouveau Monde, informó que "el presidente vitalicio de la República acaba de dirigir a la juventud estudiantil de Gonaives una prueba de Su Benevolente Generosidad.

En efecto, el Ministerio del Interior y de la Defensa ha extendido la semana última, en nombre de su excelencia, Jean Claude Duvalier, varios cheques que totalizan un valor de 7.863 dólares (1.200.000 pesetas), que representan los gastos de escolaridad de los becarios del Gobierno de Haití en las escuelas privadas de Gonaives".

La "benevolente generosidad" de Duvalier y la detención de "los denunciados por el clamor público como presuntos autores", de la muerte de los jóvenes de Gonaives no servirá para apaciguar la situación en Haití. Un sacerdote declaró en Gonaives: "Los jóvenes piden el castigo de los culpables de las muertes, y el responsable, en definitiva, es el presidente Duvalier".

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