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Tribuna:EL DEBATE SOBRE LA OTAN
Tribuna
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Diez razones para salir de la Alianza Atlántica

1. Los bloques militares, sin entrar en su posible distinta significación y contenido, representan una confrontación que evidentemente pone en peligro el futuro de la paz y la propia supervivencia de la vida en el planeta Tierra, tal como hoy se conoce. La racionalidad humana, a nivel de los últimos años del siglo XX, no puede sino manifestarse en favor de la desaparición de los bloques: por la vía de la distensión, de la negociación y del desarme. Estar en un bloque es contribuir a la crispación y al enfrentamiento. Por ello, España debe salir de la OTAN.2. España puede ser un país neutral, como actualmente lo son en Europa Suiza, Suecia, Finlandia y Austria, cuatro Estados de democracias avanzadas cuyos ciudadanos disfrutan de plenitud de derechos, donde no se sabe de torturas ni malos tratos. Todos esos frutos de la neutralidad son posibles en esos países, porque en ellos no hay imposiciones ni bases extranjeras, ni complejos industriales-militares dirigidos por poderes transnacionales. España, con un estatuto de neutralidad, podría ir en esa misma dirección de progreso. Por ello, España debe salir de la OTAN.

3. No es necesario estar con EE UU o con la URSS, como tampoco es inevitable estar contra EE UU o contra la URSS, ni contra Occidente y el capitalismo, o contra Oriente y el socialismo realmente existente. Los países neutrales de Europa tienen excelentes relaciones con el Este y el Oeste, y países tan significativos como Yugoslavia y la India, y en nuestro entorno idiomático y cultural México y Argentina, no están en ningún bloque. Y apoyan desde esas posiciones la solución de los problemas humanos como conjunto, sin diferencias ideológicas ni de puntos cardinales, porque estar fuera de los bloques militares no es inhibirse o aislarse del resto del mundo, sino preocuparse más por la paz como alternativa y por la solidaridad como compromiso. Por ello, España debe salir de la OTAN.

4. Los denominados "principios de la civilización occidental", si por tales se entienden las libertades públicas, la democracia participativa, los derechos sociales se cumplen mejor cuando nos esforzamos por la paz y la convivencia en vez de contribuir al clima de crispación y armamentismo, que no genera sino una política hermética, distanciada de los anhelos populares, con toda suerte de interferencias policiales y con gastos militares crecientes. Por ello, España debe salir de la OTAN.

5. Nuestro país no tiene que inventarse falsos enemigos. Todos los españoles deberíamos recordar el último párrafo del preámbulo de la Constitución, que nos invita a proclamar nuestra voluntad de "colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra". El verdadero problema de España, de la pretendida amenaza de los países del Pacto de Varsovia, está en el hecho de que en España hay cinco Gibraltares, uno británico y cuatro norteamericanos, y en el hecho, también, de que la presencia de nuestro país en la Alianza Atlántica nos sitúa en la dinámica de bloques. Por ello, España debe salir de la OTAN.

6. Las aspiraciones armamentistas buscan parte de sus argumentos en el tema del futuro de Ceuta y Melilla, y en la posibilidad de un enfrentamiento entre España y Marruecos. Pero de Ceuta y Melilla no van a resolverse con el armamentismo, ni con las leyes de extranjería, ni con cartas municipales. Los problemas de Ceuta y Melilla se resolverán aplicando la Constitución: con su disposición transitoria quinta, que habla de la posibilidad de que las dos ciudades puedan constituirse en comunidades autónomas, y con el artículo 13.2, que establece también la posibilidad del derecho de sufragio activo en las elecciones municipales en favor de los ciudadanos no españoles. Es así como la situación de Ceuta y Melilla podría evolucionar hacia perspectivas más brillantes, que permitirían ir mejorando las relaciones con Marruecos. Los problemas de Ceuta y Melilla no se resuelven ni con la Alianza Atlántica ni con el militarismo del pasado, sino con la Constitución. Por ello, España debe salir de la OTAN.

7. La memoria histórica debe hacernos recordar que la última guerra internacional de España fue con Estados Unidos de América, en 1898. Y de aquel trance, casi un siglo después, se mantiene la interferencia permanente de Estados Unidos en los asuntos internos de Filipinas, el acoso económico y de todo tipo sobre Cuba y la situación de Estado libre asociado para Puerto Rico, en vez de haberse avanzado hacia un status de independencia en línea con lo auspiciado desde las Naciones Unidas. Y si EE UU es la potencia hegemónica de la OTAN, estando en la OTAN se está en connivencia con su potencia hegemónica. Por ello, España debe salir de la OTAN.

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8. También puede recordarse que fue en 1953 cuando Franco secuestró la neutralidad histórica de España, para conceder a EE UU otros cuatro Gibraltares sobre nuestro suelo (Zaragoza, Torrejón, Morón y Rota), para garantizar la continuidad de su dictadura personal, que se extendió con la ayuda de Estados Unidos durante 22 años hasta el mismo 20 de noviembre de 1975. Entonces la potencia hegemónica de la Alianza Atlántica no dudó ni un instante en apoyar la dictadura de Franco, como desde la OTAN también se apoyan otras dictaduras. Por ello, España debe salir de la OTAN.

9. La neutralidad no es solamente la posibilidad del progreso pacífico, de una prosperidad económica, de un respeto internacional. La neutralidad también es un principio de dignidad nacional para España, el principio de no tener que aceptar de ningún poder militar exterior interferencias que en vez de garantizar nuestra soberanía lo que hace es convertirnos en un protectorado. Por ello, el referéndum, ganando en él la salida de la OTAN, es la gran ocasión para la democracia española. Y por ello mismo es inaceptable que se quiera presentarnos ahora el referéndum, como lo hace el montaje propagandístico del PSOE y del Gobierno, como una batalla entre un Felipe González acosado y bienintencionado y un Manuel Fraga Iribarne acosante y ultramontano. González y Fraga están de acuerdo en lo esencial: en seguir en la OTAN, en mantener las bases norteamericanas, en no querer la neutralidad. La postura de los que sienten la democracia como soberanía popular, como dignidad nacional, es hacer todo lo posible para salir de la Alianza Atlántica. Por ello, España debe salir de la OTAN.

10. Al referéndum hay que ir a votar por el futuro, por la paz, por el progreso y por una democracia avanzada y participativa, por un Estado de derecho. Estar en favor de todo esto es propiciar que España salga de la OTAN.

Ramón Tamames es presidente de la Federación Progresista.

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