Holanda propone que se firme la reforma de la CE sin esperar al referéndum en Dinamarca
ANDRÉS ORTEGA, ENVIADO ESPECIAL, El eventual rechazo por el pueblo danés -en el referéndum anunciado por el primer ministro, Paul Schlüter- de la reforma de los tratados de la Comunidad Europea (CE) "provocaría una situación política muy grave" declaró ayer en La Haya el actual presidente del Consejo de Ministros de la CE, el titular holandés de Asuntos Exteriores, Hans van den Broek. Éste, que rechazó como "irrealizable" cualquier modificación de los términos de la reforma, propondrá el lunes a sus homólogos de la CE la firma a once del acuerdo el 17 de febrero, es decir, sin Dinamarca, que celebraría la consulta popular después de esa fecha.
"Querríamos así enviar una señal al pueblo danés de que lo acordado es un requisito para proseguir la integración europea", dijo Van den Broek, tras señalar: "El que los once hayan firmado puede disipar las dudas de los que creen que avanzamos hacia una situación inaceptable". En realidad, según revelaron otras fuentes comunitarias, es el Gobierno danés el que ha pedido que los once procedan a la firma de la reforma el 17 de febrero para influir así en el resultado del referéndum.La firma a once no tendrá ningún valor jurídico (la reforma debe ser aprobada por unanimidad), pero sí un valor político. Van den Broek, que recibió a un grupo de corresponsales en Bruselas para presentar la presidencia holandesa de la CE en este primer semestre de 1986, no cree que Italia -en el extremo opuesto a Dinamarca ante esta reforma- plantee problemas, aunque el Gobierno de Roma considere actualmente insuficiente la ampliación de poderes del Parlamento Europeo.
Los ministros de Asuntos Exteriores de los doce tenían que firmar la reforma -que posteriormente ha de ser ratificada por los Parlamentos nacionales, en un proceso que puede durar año y medio- el próximo lunes. La decisión danesa, junto a la postura italiana, cuyo Gobierno quiere antes consultar al Parlamento, ha forzado un primer retraso.
Demorar la firma más allá de febrero crearía dificultades, ya que se entra en período electoral, primero en Francia y, posteriormente, en Holanda. Según Van den Broek, "si los doce demuestran no ser capaces de llevar adelante la reforma acordada, crecerán las tendencias centrífugas en la CE".
Fundamentalmente, la reforma supone ampliar la regla de la mayoría para las decisiones sobre las medidas necesarias para crear un gran mercado interior, con objeto de aumentar la competitividad de la industria, la agricultura y los servicios en la CE e intentar así también combatir el paro. "Si no se llega a aplicar las ideas sobre el mercado interior, la integración europea corre (... ) hacia un desastre", dijo Van den Broek, para el cual esta reforma es "un mínimo absoluto". Además se abren formalmente otras áreas de acción comunitaria en campos como el medio ambiente y la tecnología, pero en estas últimas cuestiones las decisiones generales se tomarán por unanimidad. Se amplía también el papel y la voz del Parlamento Europeo para estos nuevos campos de cooperación, pero el Consejo de Ministros mantendrá la última palabra.
Van den Broek rechazó toda modificación del paquete de reformas -"que en todo caso no es muy prominente"- y señaló que se había alcanzado con dificultad y gracias a un equilibrio interno que había tenido en cuenta también las demandas danesas en lo referente a los nuevos poderes del Parlamento Europeo y a la protección del medio ambiente. "Si un país pide ahora un cambio en algo, otros países pedirán nuevas clarificaciones en otros puntos", dijo. Van den Broek intentará pues, disuadir a su colega danés, Uwe Elleman-Jensen, con quien se entrevistará mañana en La Haya, de empujar hacia una renegociación de la reforma. "Una re negociación no nos llevará más lejos del resultado que ya hemos alcanzado", dijo Van den Broek.
El ministro holandés reiteró su intención de, una vez firmada la reforma, sugerir, en un pacto de caballeros, su aplicación antes de la ratificación, sobre todo en lo que se refiere a la ampliación de la regla de la mayoría. "Dada la situación económica, no nos podemos permitir en la CE el demorar de uno a dos años la creación del mercado interior", dijo. La creación de este mercado sin trabas internas, en el horizonte de 1992, es una de las prioridades de la presidencia holandesa.
Lo que aún queda por saber es, en el caso de un resultado negativo en el referéndum danés, si la CE estaría dispuesta a forzar una crisis para una reforma que tampoco va demasiado lejos. Claro que, si Dinamarca no acepta esta reforma, nunca aceptará una mayor reforma e integración política que se pueda plantear en la CE dentro de unos años.
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