Peres expresa su deseo de que España sirva de puente en el proceso de paz de Oriente Próximo,

La posición privilegiada de la que goza España entre los países árabes hace que "España pueda servir de puente, contribuyendo así al proceso de paz en Oriente Próximo", consideró ayer en La Haya el primer ministro israelí, Simón Peres. El presidente del Gobierno español, Felipe González, en la conferencia de prensa conjunta que celebró con Peres tras sellar en la capital holandesa el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre España e Israel, fue, sin embargo, muy cauto al contestar a este envite. González y Peres conversaron a solas, en francés, durante dos horas, discutiendo, según el presidente del Gobierno español, "minuciosa y fundamentalmente", la situación en Oriente Próximo y también las relaciones entre ambos países.

González se quejó de que en el Mediterráneo se proyectan la política soviética y la norteamericana, pero no, "lo que no puede explicarse", la europea.¿Mediación española? González rechazó el término y Peres habló una y otra vez de "puente". El presidente del Gobierno español señaló: "No existe una pretensión española de convertirse en un país clave en el conflicto del Medio Oriente, de donde ha estado radicalmente ausente durante años". "Deseo contribuir, en la medida de las posibilidades, a la paz en la región", por vocación y por interés nacional inmediato al compartir el Mediterráneo, dijo González, que dijo que no dispone de ninguna "fórmula mágica".

El presidente del Gobierno español consideró, hablando antes del anuncio de la retirada a consultas de varios embajadores de países árabes en Madrid, que, ante el establecimiento de las relaciones diplomáticas, "la reacción del grupo árabe ha sido de prudencia dentro de lo que se podía esperar en esta primera fase". La reacción, añadió, "no será de aceptación fácil de un nuevo papel que tenga España".

González no creyó "en absoluto" que hubiera relación entre el establecimiento de las relaciones diplomáticas con Israel y los secuestros de españoles ocurridos el viernes en Beirut. "Cualquier observador mínimamente informado puede decir que la reivindicación de los secuestros que se ha hecho no tiene nada que ver", aseguró.

González habló de la universalidad de las relaciones exteriores españolas, que nace de un concepto del derecho internacional "que no tiene nada que ver con la cuantificación, sino con la cualificación del problema". "No esperamos obtener frutos inmediatos", dijo.

Embajador experimentado

El intercambio de embajadores -el español en Tel Aviv, el israelí en Madrid- debería producirse en los próximos dos meses. "Espero que se pueda tomar inmediatamente esta decisión", dijo González, quien añadió que quería para cubrir el puesto un "diplomático experimentado".El jefe del Gobierno español insistió en diferenciar el problema de las relaciones con Israel de las relaciones entre la OLP y España. "Con los palestinos tenemos buenas relaciones y un grado de comprensión recíproca", aseguró, y dijo que consideraba la reacción de la OLP, "extremadamente medida".

Ni Peres ni Felipe González dieron demasiada importancia a los problemas económicos que pueden plantearse entre ambos países. El español consideró que el ingreso en la Comunidad Europea (CE) no menoscabará las exportaciones agrícolas de Israel. Simón Peres consideró que con el establecimiento de las relaciones se abre una nueva "edad de oro" que llevará a un intercambio de información y experiencia en lo agrícola, y a una colaboración "en lo social, en lo económico y en lo espiritual". "En pocos años, este intercambio puede dar frutos notables", dijo Peres.