Enrique Tierno entró ayer por la tarde en estado de coma
El estado de salud de Enrique Tierno, alcalde de Madrid, sufrió ayer por la tarde un "empeoramiento súbito", según un parte médico sin firmar facilitado en la clínica Ruber, de Madrid, por un portavoz del gabinete de prensa municipal. "Estimamos que la situación es grave", finaliza el parte. Tierno continuaba poco antes de la dos de la madrugada de hoy en coma, durmiendo bajo la acción de sedantes. A medianoche había abandonado la clínica Juan Barranco, alcalde en funciones, quien declaró que "se puede temer lo peor". El equipo de gobierno municipal fue convocado urgentemente por la noche y permanecía reunido en la Casa de la Villa, donde se habían movilizado algunos servicios en previsión de que se produjera el fallecimiento del alcalde.
Según el primer parte facilitado, a partir de las cinco de la tarde el paciente sufrió "hipotensión mantenida, taquicardia y disminución del estado de consciencia", lo que "obligó a encamarlo permanentemente" bajo la acción de sedantes. El agravamiento de su estado cogió por sorpresa al equipo médico. Tierno había almorzado con normalidad (consomé, merluza y compota) y después había visto la película Hércules, que emitió Televisión Española en el espacio Primera sesión. Cuando estaba viendo la televisión, sufrió pérdida del conocimiento.Su médico personal, Dionisio Ballesteros, que le ha atendido desde que fuera operado de cáncer de colon el 8 de febrero pasado, había efectuado por la mañana unas declaraciones relativamente optimistas en las que destacaba el "mejoramiento bioquímico" del enfermo y aventuraba que, "aunque esto nunca se sabe, quizá pueda regresar a su domicilio en cuatro o cinco días".
Dormido con sedantes
Tras conocerse la situación crítica del alcalde, el presidente del Gobierno, Felipe González, se trasladó a la clínica Ruber para interesarse por su estado. González llegó a la clínica, situada en la calle de Juan Bravo, de Madrid, pocos minutos después de las ocho de la tarde, y al abandonarla se limitó a manifestar que, lógicamente, no había podido hablar con Tierno. Entrada la noche, también visitó la clínica el presidente del Gobierno regional de Madrid, Joaquín Leguina.
Por decisión de los médicos, Tierno recibió una medicación sedante, bajo cuyos efectos dormía a la 1.30, acompañado en la habitación por su esposa, Encarnación Pérez Relaño, y el hijo de ambos, Enrique. A la hora citada, Manuel Ortuño, concejal de relaciones informativas del Ayuntamiento de Madrid, facilitó la última información oficial. El alcalde, dijo Ortuño, se encontraba en coma, sedado, por lo que no sufría dolores. El enfermo no presentaba accesos asmáticos y respiraba sin necesidad de asistencia mecánica, por lo que la sangre se encontraba bien oxigenada, añadió Ortuño, que precisó que esta circunstancia podría retrasar el fallecimiento.
El comunicado médico difundido a las siete de la tarde, el primero en que se hizo referencia al agravamiento del paciente, explicaba que el mal estado del enfermo ha sido inicialmente atribuido a una "disfunción hepática", aunque se trataba de determinar mediante un análisis bioquímico si había sido desencadenada por la metástasis cancerosa que Tierno padecía en este órgano o por algún desequilibrio metabólico inducido por los fármacos que vienen empleándose en su tratamiento.
El alcalde de Madrid mantuvo la plena consciencia hasta las cinco de la tarde, cuando se produjo el súbito agravamiento de su estado. El médico Dionisio Ballesteros había referido ayer por la mañana que Tierno charló el viernes por la noche con su esposa, su hijo y su secretario privado hasta quedar dormido, a las once de la noche, y que había dicho a los facultativos que le atendían: "He recorrido un largo camino, pero aún me queda camino por hacer".
Quería seguir en activo
Tierno había sido ingresado en la clínica Ruber el miércoles, horas después de que sufriera una caída en el cuarto de baño de su domicilio, que le causó una lesión traumática en el coxis. Desde varias semanas antes, al parecer, los médicos le habían recomendado que se sometiera a una revisión en el centro médico, pero Tierno, que conocía la gravedad de su estado, se negaba a suspender sus actividades al frente de la alcaldía para ingresar en la clínica.
El traumatismo que motivó su internamiento fue rápidamente solucionado y la preocupación de los médicos se trasladó entonces a la evolución del cáncer de colon. En un análisis practicado con escáner el jueves por la tarde se advirtió una hepatomegalia o crecimiento anormal del hígado, como consecuencia de la metástasis cancerosa, y un déficit de proteínas, por lo que se reforzó la alimentación normal del paciente con alimentación por vía parenteral.
La noticia del agravamiento del estado del alcalde provocó una avalancha de llamadas telefónicas, hasta el punto de que quedó bloqueada la centralita de la clínica Ruber. El Ayuntamiento pidió a los ciudadanos que se dirigieran a las dependencias municipales para requerir información con objeto de facilitar el funcionamiento normal del centro médico.
Pasadas las dos de la madrugada, un portavoz del Ayuntamiento desmintió oficialmente los rumores sobre el fallecimiento de Enrique Tierno. La emisora Radio Popular, cuyos estudios centrales se encuentran muy próximos a la clínica Ruber, había dado la noticia de la muerte del alcalde, que fue desmentida categóricamente. Un gran número de periodistas se encontraba en la clínica Ruber y en la Casa de la Villa, donde permanecían los miembros del equipo municipal de gobierno, a la espera del desenlace.
Juan Barranco, primer teniente de alcalde y alcalde en funciones, que había abandonado la clínica Ruber a las 0.30 de hoy para informar a sus compañeros concejales del estado de coma profundo de Tierno, regresó al centro médico para permanecer junto al paciente.
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