Un "geo" y dos funcionarios de la Embajada de España en Beirut, en poder de extremistas shiíes
INTERINO, Dos funcionarios de la Embajada de España en Beirut y uno de los cinco miembros del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la policía española que acababan de llegar al aeropuerto internacional de Beirut, coincidiendo con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, fueron secuestrados ayer a las 18.15 por extremistas armados, que han solicitado del Gobierno español la liberación, en un plazo de 48 horas, de dos shiíes que cumplen condena en Madrid. Assad Abdu, canciller de la embajada, con pasaporte diplomático español; su hermano Gaspar, libanés, vicecanciller para el sector oeste de Beirut, y el geo Pedro Antonio Sánchez son las víctimas del secuestro.
De acuerdo con la versión facilitada por el embajador de España en Beirut, Pedro Manuel de Aristegui y Petit, siguiendo las instrucciones de los responsables libaneses de la seguridad, tres automóviles, con placas de matrícula civiles, en los que iban seis soldados del Ejército al mando de un capitán, acompañaron a los hermanos Abdu al aeropuerto, situado en el sur de Beirut -zona bajo control de diversas milicias musulmanas-, para recoger a los cinco geo enviados por el Ministerio del Interior español en misión de protección de la embajada española y que viajaban como "agregados diplomáticos".Los tres coches de la comitiva fueron interceptados, una vez recibidos los geo, a un kilómetro del aeropuerto, zona donde se han producido numerosos secuestros, particularmente de cristianos, por un grupo de hombres armados, quienes conminaron a los hermanos Abdu al geo Sánchez y al capitán del Ejército a acompañarlos. En un momento de descuido y cuando procedían a sacar de los automóviles a otros de sus ocupantes, los conductores aceleraron y se dieron a la fuga, no sin antes recibir, según el embajador, algún impacto de bala.
El capitán del Ejército era liberado horas después y daba cuenta al embajador de la demanda exigida por los secuestradores. Una agencia internacional de noticias en Beirut recibía también una llamada telefónica en la que el comunicante anónimo. aseguraba ser "familiar de Mohamed Rahal y Mustafá Jalil", de quienes solicitaba su liberación de la cárcel de Alcalá-Meco, de Madrid, y daba al Gobierno español un plazo de dos días para responder.
De ser cierta la responsabilidad del "familiar" de los condenados en España, los secuestradores serían prácticamente los mismos que secuestraron a Arístegui en octubre de 1984 -liberado cuatro horas después por milicianos de Amal- y que solicitaron la liberación de los shíies culpables de haber intentado asesinar en el verano de 1983 a un funcionario de la Embajada de Libia en Madrid.
En medios shiíes de Beirut se cree que o bien alguien en el aeropuerto o bien alguien en el Ejército libanés avisó oportunamente de la llegada de cinco diplomáticos, palabra usada por los presuntos secuestradores, españoles a Beirut en el vuelo de la Middle East Airlines, la compañía libanesa, en su vuelo regular semanal de Madrid a Beirut.
El embajador español se ha puesto en contacto con los responsables del principal grupo shií de Líbano, Amal, y otras milicias para trata de lograr la liberación, en la que confía, de los secuestrados en las próximas horas. Responsables de Amal han informado también de que han desplegado sus efectivos en la zona con este objetivo.
La gran incógnita
La gran incógnita en los medios españoles de Beirut estriba en las razones del retraso con que han llegado a la capital libanesa los geo. La Dirección de la Seguridad del Estado, ante la posibilidad de atentados y para reforzar algunas embajadas en los países árabes, en previsión del establecimiento de relaciones diplomáticas con Israel, decidió enviar dotaciones de geo a distintas capitales africanas, europeas y de Oriente Próximo para su protección. El problema es que, en el caso libanés, llegaron a media tarde de ayer, horas después del anuncio oficial.
En Beirut, la práctica totalidad de los servicios de la Embajada de España se encuentra desde hace unos meses ubicada en la residencia del embajador, en el sector Este, cristiano, de la capital, donde, objetivamente, sería mucho más difícil la comisión de un atentado por parte de terroristas árabes. Un anexo de la Cancillería y el Centro Cultural Hispánico, en el Oeste, han sido cerrados "temporalmente" por precaución.
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