Libia garantiza la seguridad de todos los residentes extranjeros
ENVIADO ESPECIALEl Gobierno libio anunció ayer que se comprometía a garantizar la seguridad de todos los residentes extranjeros en su país, con referencia explícita a la colonia norteamericana, a cuyos miembros advirtió que "gozan de total libertad para circular y desplazarse donde quieran y cuando lo deseen". Con ello, las autoridades libias responden a ciertas advertencias de la Administración de Ronald Reagan según las cuales tras el boicoteo económico y el intercambio de amenazas entre Washington y Trípoli algunos ciudadanos norteamericanos podrían correr riesgo físico en Libia.
Un comunicado de la Oficina Popular de Relaciones Exteriores (ministerio) ha informado que actualmente reside en Libia una amplia colonia extranjera representativa de 120 países, entre ellos Estados Unidos, y que la Jamahiria, "partiendo del principio de que las relaciones son permanentes con los pueblos y no con los Gobiernos, obra en favor del desarrollo y el reforzamiento de las buenas relaciones con éstos, entre ellos el estadounidense".
Esta respuesta libia refleja una realidad que, en cierto modo, es patente estos días en Trípoli, donde los extranjeros gozan de libertad de movimientos y pueden desplazarse de un lugar a otro de la ciudad sin ser molestados para nada ni por nadie. "La colonia extranjera", según el comunicado, "vive en seguridad y en paz entre el pueblo libio, gozando de toda la protección y la atención popular y oficial".
No obstante, el desafio del coronel Muammar el Gaddafi, líder libio, a la Administración estadounidense por las medidas sancionadoras contra el régimen de Libia es visible en las calles de ese país, al margen de la libertad de movimiento de los extranjeros, donde se improvisan manifestaciones y concentraciones, en las que se descarga todo un sentimiento de odio y de indignación, a través de insultos y frases coreadas, contra Estados Unidos y su aliado Israel.
La televisión libia jalea este malestar y, entre emisiones, incluye secuencias de archivo de quemas de banderas norteamericanas o manifestaciones anti-imperialistas y fragmentos de una película en la que un Ronald Reagan actor es acribillado a balazos en la ficción.
Esta misma televisión refleja estos días entre las tres y las nueve de la tarde, en directo, los debates de algunos de los 1.134 congresos populares de base, primer eslabón del peculiar sistema libio de gobierno, en los que se discuten las recomendaciones que ha de seguir el Ejecutivo en su política para los próximos meses. Toda la actividad productiva y comercial del país se paraliza en esas horas, y las calles de Trípoli o de Bengazi, ciudades populosas, aparecen semivacías y sin apenas tráfico de vehículos.
Banquete
El coronel Muammar el Gaddafi ofreció anoche en los salones del hotel Al Kabirun banquete, al que asistió personalmente, a la colonia extranjera en la capital libia, concretamente la que trabaja en el sector petrolero, y al que acudieron cerca de 1.000 personas, en su mayoría de nacionalidad norteamericana, italiana, paquistaní, alemana e india. Familias enteras se manifestaron favorables a continuar residiendo en Libia, "país que ofrece trabajo", según los numerosos testimonios recogidos por este periódico.El sentimiento contra Israel y Estados Unidos es patente también en este tipo de reuniones. Gritos como "Reagan fuera", "mierda para América, que el pueblo libio ya conoce su camino", o "unidad árabe", se repiten sin cesar, coreados por todos los asistentes, que lo acompañan con un movimiento brusco con el puño derecho cerrado. A veces las cámaras recogen un primer plano de un orador, visiblemente exaltado, que aporrea la mesa desde donde se dirige a sus compañeros congresistas, en un afán de descargar su ira contra "el imperialismo y el sionisnio".
Comercios, cafetines y hoteles de Trípoli tienen prácticamente todo el día conectada la radio, a veces a todo volumen. Generalmente, unos sintonizan la denominada Emisora del Gran Mundo Árabe, que es el espacio de los comités revolucionarios, y otros la emisora oficial, que lleva el nombre completo del país (Jamaihiria Árabe Libia Popular Socialista), pero que es conocida generalmente en el exterior como Radio Trípoli. Junto a canciones revolucionarias contra Estados Unidos e Israel, ambas emisoras incluyen de forma intermitente la voz grabada del Guía de la Revolución, que es como allí se conoce al coronel Gaddafi, alentando a las masas.
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