Mutismo tras las conversaciones entre Hussein y Asad
El rey Hussein de Jordania concluyó el martes su visita a Siria sin llegar, aparentemente, a un acuerdo con su homólogo Hafez el Asad sobre cómo promover la paz en Oriente Próximo, según se deduce de la falta del habitual comunicado común. Al margen de las reuniones entre ambas delegaciones, el monarca hachemí y su anfitrión sirio mantuvieron dos encuentros mano a mano, uno de ellos de más de cinco horas, durante la estancia de día y medio del rey en Damasco.
Ambos jefes de Estado proseguirán probablemente sus conversaciones este mismo mes, cuando Asad devuelva la visita al soberano desplazándose a Amman, según fuentes diplomáticas.Si durante este segundo encuentro no consiguen coordinar sus divergencias, es posible que el laborioso proceso de reconciliación iniciado el pasado verano bajo los auspicios de Arabia Saudí quede estancado.
Mientras en la capital siria se observaba un mutismo total sobre el desarrollo de esta primera entrevista desde hace siete años entre el presidente y el rey, el primer ministro jordano, Zeid el Rifai, una vez de regreso a su país, hizo un comentario insípido asegurando que "habían sido discutidas varias cuestiones concernientes a Oriente Próximo y la manera de potenciar las relaciones bilaterales".
El viaje que el jefe del Gobierno sirio, Rauf el Kassem, efectuó a Amman a mediados de diciembre sí sirvió, en cambio, para acercar los puntos de vista entre ambas capitales al aceptar Siria, en el comunicado conjunto dado entonces a conocer, el principio de la celebración de una conferencia internacional, con la participación de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, para negociar la paz árabe-israelí. Hasta entonces Damasco insistía en que, antes de negociar, los árabes debían conseguir la paridad estratégica con el enemigo israelí.
Una vez salvado este obstáculo, la principal discrepancia sirio-jordana, que Hussein y Asad no han logrado aparentemente superar, consiste en determinar quién asumirá la representación palestina en eventuales conversaciones de paz. Mientras para Siria Yasir Arafat, líder de la OLP, ha dejado de ser el máximo dirigente de la resistencia palestina, Jordania sigue aún apegada a la famosa fórmula de acción conjunta, que concluyó con él en febrero, sobre todo si, como se lo ha pedido al rey, acepta la resolución 242 del Consejo de Seguridad, que implica un reconocimiento del derecho a la existencia de Israel.
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