Quien vigila al vigilante
La carta-protesta de un lector es ocasión para concretar un tema que se ha suscitado en llamadas telefónicas y conversaciones personales: ¿cuál es la función del ombudsman cuando una queja va dirigida contra él mismo? La respuesta es clara: el ombudsman tiene que responder de su fallo. Se ha creado esta figura en el periódico para atender a los lectores. Si en el intento de aclararles un error o errata, o de defender sus derechos vulnerados por el periódico, el ombudsman se equivoca, debe reconocer en esta misma sección su equivocación. Algunas de estas cosas ya han sucedido, y en el futuro dedicaremos una columna a ellas. El lector es el único que vigila al vigilante.Corrección de las pruebas de página
Antonio Ruiz Alonso, economista, lee atentamente el periódico, nos envía recortes y señala con su puño y letra las equivocaciones encontradas. Concreta que EL PAIS adolece de continuo de graves faltas gramaticales, y subraya: "Especialmente en la subordinación de los tiempos de los verbos de la oración explicativa y de la oración principal. El estilo indirecto aparece con errores de concordancia verbal, hasta el punto de que muchas reseñas periodísticas no pueden utilizarse para la enseñanza del castellano". El tema le parece preocupante a Ruiz Alonso y desea "una mayor pulcritud en la corrección de las pruebas de imprenta. Es lamentable que este diario tenga tamañas erratas". Los textos que envía están firmados por Anabel Díez, Félix Monteira y Andreu Missé.
La bolsa
En la página destinada a la bolsa no se da el volumen diario contratado por cada valor, y José Luis Mallagaray, desde Torrelavega, se preocupa por el tema. El jefe de la sección de Economía de EL PAIS, Manuel Navarro, explica que "por el momento no es posible ofrecer los volúmenes contratados en las bolsas españolas diariamente, ya que la publicación de estos datos por parte de las juntas sindicales -a avanzadas horas de la tarde- retrasaría notablemente el cierre del periódico. Esta situación puede cambiar cuando se complete el proceso de informatización de estos mercados y se pueda disponer de los volúmenes poco después de finalizada cada sesión negociadora".
El 'ombudsman' dominicano
A través del escritor dominicano José Israel Cuello nos llega una aclaración que vamos a suscribir. El novelista soviético Eugeni Evtuchenko, uno de los mayores propagandistas del régimen soviético, ha escrito una novela titulada Fuku. El nombre de la obra -"collage documental contra el terrorismo y el fascismo", según el propio autor ha explicado- es una palabra usada en Santo Domingo y traducible por tabú, que designa los entes cuyo nombre auténtico trae mala suerte al ser pronunciado. Lo contaba en su crónica del 22 de septiembre pasado la corresponsal en Moscú, Pilar Bonet.
El anuncio de esta novela ha Regado a Santo Domingo, y en su columna semanal de Listín diario, el ombudsman de dicho periódico, Max Uribe, académico de la Lengua, corrige el titular de EL PAIS. Fuku no se escribe con k, sino con c. Debe quedar claro que el vocablo fucú, título de la novela en cuestión, es un dominicanismo, lleva acento y, según un diccionario escrito po el licenciado M. A. Patin, significa "mala suerte, fatalidad: ahora tengo un fucú y todo me sale mal. ¡Qué fucú! En esta semana he perdido como 100 pesos. Es término harto familiar entre jugadores". Esperamos que la editorial española que publique la novela de Evtuchenko corrija el nombre que el propio autor ha sovietizado.
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