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El terrorismo de ETA

DIARIO 16En el País Vasco y en Navarra se están viviendo días de tensión como consecuencia del asunto Zabalza. Tras la muerte de este ciudadano en circunstancias extrañas se había desatado un proceso dialéctico que pudo resultar beneficioso para la paz en Euskadi: frente a la simplificadora actitud del ministro del Interior, quien dividía inadmisiblemente las posturas entre los partidarios de la policía y los partidarios de ETA, empezaba a verse que una gran parte del pueblo vasco y de la opinión pública del resto de Es paña andaba por otra senda que nada tenía que ver con esta bipolaridad artificial.

En efecto, se estaba abriendo paso la constructiva tesis de que el rechazo frontal del terrorismo podía ser muy bien conjugado con un comportamiento escrupulosamente a ustado a derecho de todas las fuerzas de seguridad, e incluso con el rechazo de las medidas procesales y jurisdiccionales extraordinarias que, incluidas en la ley antiterrorista, bordean manifiestamente la Constitución. Todos los argumentos se han desmoronado, sin embargo, tras el alevoso asesinato del general Atarés, un guardia civil retirado que había rechazado la escolta policial y que, en situación de reserva, paseaba apaciblemente por las calles de la capital navarra. Nuevamente, el brillo de la sangre cegaba todas las vías de diálogo, y la urgencia de la condena de tan abominable acción reducía a la nada todo lo accesorio.

( ... ) La significación política del general Atarés no puede atenuar un ápice lo execrable del crimen, ni cabe en mente humana que tales antecedentes puedan rebajar un punto la gravedad del hecho.

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Un análisis frío de los móviles del atentado resulta desconcertante. Porque cuando buena parte del pueblo vasco expresaba su repulsa hacia las fuerzas de seguridad tras el detonante del caso Zabalza, este nuevo hecho indignante devuelve a su enfoque original muchas perspectivas: los asesinos son los etarras y contra ellos se debe luchar en primer lugar. Los hipotéticos excesos de las fuerzas de seguridad cobran, ante el monstruoso atentado, una nueva dimensión minimizada, tanto objetiva como subjetivamente. ( ... )

Por de pronto, es de suponer que las fuerzas políticas democráticas de Euskadi replegarán sus campañas contra la fuerzas de orden público. Porque, aunque este nuevo crimen no aporte dato alguno que no conociéramos, es evidente que se ha producido la tantas veces sospechada conexión entre la creación de un ambiente y la intervención de ETA. Muchos dirán que el asesinato del general Atarés es la respuesta a la muerte de Zabalza. Que cada uno haga balance de su responsabilidad.

24 de diciembre

EL PERIÓDICO

( ... ) No cabe ninguna duda de que con esta nueva acción criminal los terroristas pretenden aumentar la tensión provocada por la muerte de Mikel Zabalza. En sus turbios propósitos, ETA ha sabido elegir, y no sólo por el hecho de las facilidades que para individuos sin escrúpulos pudiera ofrecer un hombre indefenso, sino por su significación personal. La muerte de Mikel Zabalza ha abierto incógnitas sobre el comportamiento de algunos miembros de la Guardia Civil, y el asesinado, como jefe de la tercera zona de la institución (Levante), protagonizó graves incidentes en 1978, cuando, ante el estamento militar, en un acto de explicación de la Constitución, ya discutida y a punto de ser sometida a referéndum, insultó gravemente al entonces vicepresidente del Gobierno para Asuntos de la Defensa, teniente general Manuel Gutiérrez Mellado. El general Atarés fue absuelto y sólo se le apreció falta leve. Pasó entonces a situación de disponible forzoso Gulio de 1979) y meses después (febrero de 1980), al cumplir la edad reglamentaria, quedó incluido en la escala B. En su situación de retirado, el general mantuvo una posición beligerante, y en cartas al periódico El Alcázar, hace poco más de dos años, expresó sus simpatías por los golpistas del 23-F y evocó una frase que dijo haber pronunciado con anterioridad y que ahora alguien puede intentar utilizar como bandera: "Mientras tengamos Gobiernos débiles y desleales iremos de entierro en entierro".

ETA ha elegido bien, pensarán algunos desaprensivos. El general Atarés no creía en la Constitución. Por esta razón insultó grave y groseramente al teniente general Gutiérrez Mellado. Pero la organización terrorista tampoco cree en la Constitución ni en la democracia española. Por esta razón le es útil el asesinato del general. Los extren-úsmos siempre son coincidentes y todo lo que pueda contribuir a crear confusión secunda sus turbios propósitos. Tan válidas son para los terroristas las manifestaciones contra las fuerzas de orden público como las que puedan convocarse en su favor. La lamentable muerte de Zabalza ha dado lugar a que se convocaran las primeras. Ahora no tendría nada de extraño que se acometiera una acción asesina desde otros bandos como los GAL. ( ... )

El general retirado ha sido asesinado, cobarde y brutalmente, para que su nombre y su historial convoquen en su entorno no el dolor que una muerte violenta siempre debe merecer, sino la crispación y la ceguera. ( ... )

Barcelona, 24 de diciembre

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