Las compañías eléctricas solicitan al Ministerio de Industria que fije los precios del contrato de ENDESA para 1986 y 1987

Los presidentes de las empresas eléctricas decidieron ayer enviar una carta al ministro de Industria y Energía, Joan Majó, solicitando que fije los precios del contrato de suministro de energía por parte de Endesa al sector privado para los ejercicios 1986 y 1987. Al mismo tiempo, los presidentes decidieron seguir negociando las diferencias que todavía persisten para modificar el contrato hasta el año 1990.La carta fue el principal resultado de las intensas negociaciones mantenidas en los últimos días para solventar el último obstáculo en el acuerdo ya alcanzado sobre el intercambio de activos. La ausencia de un compromiso sobre el precio que regula el contrato de suministro de energía parece responder a la imposibilidad de fijar un criterio único en torno a los parámetros que regulan el contrato.

Endesa había solicitado la revisión al alza de éste (8,7% de incremento medio en los próximos cinco años) por entender que la situación originada por el intercambio de activos pesará en exceso sobre su cuenta de resultados. Por su lado, el sector privado argumentaba que era imposible modificar al alza el precio de la energía que adquiere a Endesa mientras no se sepa con claridad cómo oscilará en ese período su principal fuente de ingresos, es decir, las tarifas eléctricas. Según fuentes informadas, la posición de las empresas eléctricas privadas es que, ya que la Administración fija las tarifas, .sea ella también la que determine cómo debe evolucionar el precio de la energía al por mayor que Endesa les vende. En la reunión de ayer, los presidentes acordaron solicitar que el ministerio vincule estas dos variables durante los dos próximos años.

Dada la imposibilidad de llegar a un acuerdo definitivo para el tiempo global de la duración del contrato, el compromiso alcanza¿lo ayer permite abrir una vía intermedia de entendimiento. Esta solución pasaría por resolver por dos años el problema del precio y dejar los otros tres restantes para negociaciones futuras. Con ello se pretende levantar el último obstáculo que existe para poder fir mar antes de final de año el acuer do sobre intercambio de activos. El problema es que el reloj corre inexorablemente hacia el fin del año, cuando expiran las ventajas fiscales que estaban concedidas para esta operación.

En algunos medios se argumenta que, si bien las ventajas fiscales pueden ser prorrogadas, queda aún el interrogante de la entrada en vigor del IVA. Si este nuevo impuesto, que será efectivo dentro de una semana, afectara a los inter cambios, el encarecimiento de la operación representaría un nuevo obstáculo.