La práctica de la tortura, a debate en el Parlamento turco
La tortura, una práctica tan extendida como negada en Turquía, ha comenzado a salir a la luz tras haber sido un tema tabú durante decenios. Las prácticas de tortura son en la actualidad uno de los principales puntos del debate político nacional, tras la constitución de una comisión parlamentaria para investigar las numerosas denuncias de tratos crueles, inhumanos y degradantes.Una cincuentena de familiares de detenidos acusó el miércoles pasado a los guardias de las prisiones militares de Metris y de Sagmalcilar, en Estambul, de golpear a los prisioneros políticos que se niegan a utilizar el uniforme, de hacerles permanecer horas sobre la nieve con vestimentas ligeras o de apalear a quienes se resisten a ser cacheados.
Los familiares, que se han dirigido a los líderes de los principales partidos políticos, agregaron que las mujeres se ven igualmente afectadas por los malos tratos.
Recientemente, el profesor Nurettin Gedik ha descrito en una conferencia de prensa cómo fue torturado durante 11 días por la policía, que buscaba a su hijo a raíz de asuntos políticos. El denunciante relató que le fueron colocados electrodos sobre los dedos y en los genitales, fue colgado de los brazos y le fue aplicada la falaka, que consiste en golpear con un bastón en las plantas de los pies.
Los golpes eran acompañados de torturas psicológicas, como la amenaza de hacerle caminar al borde de un precipicio, "donde podría accidentalmente perder el equilibrio".
Las denuncias de estas prácticas han obligado a las autoridades turcas a reconocer su existencia, aunque han negado su responsabilidad. El primer ministro turco, Turqut Ozal, ha atribuido tales métodos a "falta de formación" de la policía, que "no utiliza las técnicas modernas de interrogatorio".
Retornando la argumentación de las autoridades militares del golpe de Estado de 1980 sobre los lamentables excesos" que acompañaron la puesta en orden del país, Ozal explicó las torturas por el estado de anarquía" en que había caído Turquía, antes de 1980, a consecuencia de una ofensiva terrorista que dejó más de 5.000 muertos.
Condenados
Según el Ministerio de Justicia, 450 militares y policías han sido condenados desde 1980 como culpables de estas prácticas. En el mismo período se han presentado más de 5.000 denuncias por tortura, pero sólo un centenar de ellas ha desembocado en un real castigo.La presión de la oposición de izquierda y de otros sectores del país ha conducido a constituir una comisión parlamentaria para investigar las numerosas denuncias presentadas. Esta institución ha pedido un aumento de las penas para los torturadores y el retiro de ellos de toda función pública.
En virtud de un acuerdo concluido la semana pasada con cinco Gobiernos miembros, junto a Turquía, del Consejo de Europa (Dinamarca, Francia, Noruega, Holanda y Suecia), este país se ha comprometido a rendir cuentas en 1986 de sus esfuerzos para reducir y eliminar la práctica de la tortura en los interrogatorios.
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