La URSS, entre Bagdad y Teherán

La visita que el presidente iraquí, Saddam Hussein, efectúa desde el lunes 16 de diciembre a Moscú ilustra la ambigüedad de las posiciones soviéticas con respecto al interminable conflicto del Golfo Pérsico. En principio, la URSS muestra una estricta neutralidad, negándose a elegir entre Irán e Irak.(...) Las conversaciones han sido calificadas de francas, realistas y amistosas por la agencia Tass, fórmula que revela una buena dosis de desacuerdos entre las dos partes. Esto no tiene nada asombroso, pues, en nombre de esta neutralidad que debía traducirse por una negativa a toda injerencia, el Kremlin concede, de hecho, un apoyo militar muy firme a Irak, pero parece que desarrolla desde hace algún tiempo una cooperación militar cada día más estrecha con Irán.Cuando los iraquíes desencadenaron el conflicto en septiembre de 1980, la URSS condenó a Bagdad. Suspendió sus entregas de armas a Irak, país del cual es el principal abastecedor y con los cuales los soviéticos firmaron en 1972 un tratado de amistad y de cooperación. La situación cambió en 1983. ¿Temor al contagio en las repúblicas musulmanas de una revolución islámica que no ha tranquilizado nunca a Moscú? ¿Deseo de no perder definitivamente a Irak?

Desde entonces las entregas de armas soviéticas a Bagdad vuelven y no han cesado desde esas fechas.

Sin embargo, los dos principales aliados de la URSS en Oriente Próximo, Siria y Libia, han decidido apoyar, sin reservas, a Irán en el conflicto del Golfo Pérsico.( ... ) Una cooperación militar directa entre la URSS e Irán se desarrolla desde hace algunos meses -si creemos lo que afirma el semanario especializado Jane`s. Como si el Kremlin quisiera cuidar al Irán que tiene tanta importancia estratégica para la URSS, si no más, que Irak.( ... )

( ... ) La exigencia exorbitante de Irán de obtener la caída y el castigo de Saddam Hussein bloquea toda solución negociada.

18 de diciembre