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La oposición de la RFA acusa al ministro del Interior de espiar a parlamentarios 'verdes' y socialdemócratas

Los servicios secretos de la República Federal de Alemania se han convertido en una fuente, al parecer inagotable, de escándalos políticos para el Gobierno de Bonn. Ayer el ministro del Interior, Friedrich Zimmermann, tuvo que declarar ante un comité parlamentario sobre el espionaje de diputados realizado por los servicios secretos estatales a instancias del secretario de Estado del Ministerio del Interior, Karl Dieter Spranger. La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BFV) investigó, por orden de Spranger, el pasado y las conexiones políticas de parlamentarios del partido de los verdes y socialdemócratas. La oposición ha acusado a Spranger de utilizar los aparatos del Estado para fines partidistas.

Al menos en uno de los casos, este secretario de Estado actuó a instancias del diputado cristianodemócrata Jurgen Todenhofer, que le pidió un informe sobre la influencia de la extrema izquierda en el partido de los verdes.Los primeros datos de este nuevo escándalo surgieron el viernes pasado, durante la toma de declaración al vicepresidente de la BFV, Stefan PeIny, en la comisión parlamentaria que investiga las responsabilidades políticas en otro caso que dejó en triste evidencia a los servicios secretos alemanes: la fuga al Este de uno de sus jefes de contraespionaje, Hans Joachim Tiegde, en agosto pasado.

PeIny declaró ante la comisión que el año pasado recibió una orden del secretario de Estado del Interior para elaborar un informe sobre vínculos del partido de los verdes con la extrema izquierda, una investigación sobre contactos terroristas del diputado verde Otto Schily y el estudio de declaraciones y pasado político de los políticos del Partido Ecopacifista, que debían acceder a sus escaños, según el mecanismo rotatorio que tiene este partido.

Spranger también solicitó un análisis sobre la posibilidad de que el escándalo Pick, de sobornos y subvenciones ilegales a partidos políticos por parte del consorcio industrial de este nombre, fuera producto de una campaña de desinformación de los servicios de inteligencia de los países del Este. Este encargo causó especial regocijo en la dirección de los servicios secretos, según añadió PeIny.

Reacción opositora

La oposición ha reaccionado con indignación ante esta "utilización de organismos del Estado para la política partidista de los cristianodemócratas", según han coincidido en calificarlo socialdemócratas y verdes. Otto Schily, uno de los espiados, acusó a Spranger y Todenhofer de tener una "relación absolutamente corrupta con la Constitución y el Estado de derecho". "El Parlamento está para controlar al Gobierno, y no al revés", dijo. Los verdes han manifestado que estas acciones suponen una clara violación de la división de poderes y han reclamado la dimisión de Spranger y Zimmermarin.

Socialdemócratas espiados

Según reveló ayer la revista semanal Stern, también miembros del partido socialdemócrata (SPD) -especialmente de su rama juvenil, los jusos-, han sido objeto de investigaciones por parte de los servicios secretos, que han abierto informes sobre sus declaraciones, encuentros y vínculos políticos.El ministro Zimmermann, cuya dimisión pide la oposición, hasta ahora inútilmente, desde la fuga de Hans Joachim Tiedge a Berlín Este, defendió ayer ante la comisión parlamentaria la actuación de su secretario de Estado. Zimmermann, al igual que Spranger, miembro de la derechista Unión Social Cristiana (CSU), señaló que es deber de su secretario de Estado reunir los datos en poder de los servicios secretos y transmitirlos a los parlamentarios.

[Tal afirmación fue rechazada por la oposición, que dijo no haber tenido acceso a las investigaciones, pese a haberla pedido en numerosas oportunidades, según informa Reuter. Los diputados opositores consideraron que las respuestas de Zimmermann no fueron satisfactorias y afirmaron que podría ser llamado a declarar nuevamente. Zimmermann informó que la investigación demostró que al menos la mitad de los 11 miembros de la dirección ejecutiva federal del partido verde han desarrollado actividades anteriores en partidos de izquierda y que un tercio de los 27 parlamentarios verdes y más de la mitad de sus siete representantes en el Parlamento europeo han tenido similar pasado político.

Los resultados de la investigación fueron descritos por Zimmermann como "alarmantes". Agregó que el material recogido en el proceso no es nuevo y que la mayor parte de él es público, aunque rechazó dar a conocer los documentos.]

Spranger, un hombre que ya ha destacado en numei osas ocasiones por sus salidas de tono, considera que sólo cumplió con su deber, y el diputado conservador que le hizo el encargo para espiar a adversarios políticos se defendió del ataque diciendo que el escándalo no es observar a los verdes, sino que muchos de los miembros de este partido tengan antecedentes "anarquistas y terroristas".

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