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Moscú pide a sus aliados que tomen ejemplo de la ortodoxia de los dirigentes checoslovacos

Pilar Bonet

La línea marxista-leninista ortodoxa de la actual dirección checoslovaca ha sido puesta como ejemplo político y económico en la URSS en vísperas de la reunión extraordinaria de los jefes de Gobierno de los países del Comecon (mercado común socialista), que comienza hoy en Moscú. Esta reunión está destinada a incrementar la integración económica del bloque en lo que queda de siglo, sobre el telón de fondo de los proyectos modernizadores de la economía soviética impulsados por Mijail Gorbachoy y de la decisión de Moscú de rentabilizar la venta de sus combustibles y materias primas a los aliados.

El logro de una mayor eficacia económica del bloque socialista y de una mayor independencia respecto a Occidente es una idea ya antigua, que ha cobrado nueva fuerza con la llegada al poder de Gorbachov. Éste ha reiterado que la integración socialista es uno de los objetivos económicos prioritarios en su política económica exterior. La reunión que comienza hoy debe ratificar los proyectos acordados durante la cumbre extraordinaria del Comecon celebrada en Moscú en el verano de 1984. Estos proyectos prevén, entre otras cosas, una diversificación de las fuentes de energía.En un artículo aparecido el pasado fin de semana- en Pravda, el órgano del Partido Comunista de la URSS (PCUS), se atribuían los éxitos checoslovacos a la fidelidad marxista-leninista de la dirección de aquel país y se afirmaba que Checoslovaquia ha hecho una gran contribución a la unidad socialista, profundizando la integración económica en el marco del Comecon y fortaleciendo el Pacto de Varsovia.

El artículo, firmado por I. Biriukov, tenía un tono semejante a otro aparecido también en Pravda el verano pasado, en el que se exhortaba a la unidad de los países socialistas y se advertía contra las desviaciones de la ortodoxia oficial marxista-leninista.

"La unidad y cohesión de los partidos marxistas-leninistas dirigentes son la garantía fiel de que ninguna artimaña de las fuerzas imperialistas, antisocialistas y revisionistas puede romper las conquistas revolucionarias en los países hermanos ni debilitar el poder del socialismo mundial en su conjunto", decía Biriukov en su artículo, dedicado al 15º aniversario de la adopción del documento en base al cual se condenaron los procesos que llevaron a la situación de 1968, considerada como un resultado de la contrarrevolución. Ese año, las tropas del Pacto de Varsovia intervinieron en Checoslovaquia para poner fin a la primavera de Praga.

Años de silencio

La publicación del artículo, poco tiempo después de que el ex dirigente comunista checoslovaco Alexander Dubcek se expresara en público por primera vez tras largos años de silencio, coincide con el viaje del secretario de Estado norteamericano, George Shultz-por Rumanía y Hungría. Ambos países pertenecen al Comecon y al Pacto de Varsovia, pero tienen peculiaridades diferenciadas de la URSS en el terreno de la: política exterior y en la economía, respectivamente.La agencia oficial soviética Tass ha acusado a Shultz de querer debilitar a la comunidad socialista y quebrantar la cooperación entre la URSS y los países aliados de este país. Tass advertía de la "inutilidad" de tales intentos en el pasado y señalaba que la puesta en cuestión de la realidad territorial y política europea está en contra de los acuerdos de Helsinki.

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En el artículo ya citado de I. Biriukov, Pravda analizaba los acontecimientos que condujeron a la invasión de Checoslovaquia por tropas del Pacto dé Varsovia con el argumento, ya clásico, de que .algunas faltas subjetivas" en la construcción del socialismo fueron aprovechadas por sus "enemigos". El periódico soviético no hacía mención de Alexander Dubcek por su nombre, pero criticaba a la dirección del partido que precedió al mandato de Gustav Husak por no dar apoyo a "los marxistas-leninistas que pedían soluciones operativas y la eliminación de las insuficiencias".

Ayuda internacional

Pravda tampoco se refería directamente a la intervención de las tropas del Pacto de Varsovia, pero señalaba que "la ayuda internacional en defensa de los logros socialistas fue prestada en respuesta a la demanda de los comunistas, verdaderos patriotas, ( ... ) y evitó ,el derramamiento de sangre que preparaba la contrarrevolución". Tampoco se hacía mención del número de víctimas de aquella intervención armada.Como un punto decisivo de cambio en la situación checoslovaca, Pravda citaba la elección de Gustav Husak como primer secretario. Según el periódico, "el factor más importante" en el éxito del socialismo es la "fidelidad de los partidos comunistas dirigentes a las enseñanzas del marxismo-leninismo". Otros factpres citados eran la "construcción de relaciones con otros países hermanos sobre los principios del internacionalismo socialista".

La doctrina Breznev, nunca admitida oficialmente en la URSS, volvía a encontrar su expresión en la cita de una reciente conferencia en Praga para festejar el aniversario del documento citado. "La lucha por la defensa del socialismo supera las fronteras nacionales y se convierte en una parte integrante internacional de la causa común del movimiento internacional comunista y obrero". Según la doctrina, la intervención de un miembro de la comunidad socialista en los asuntos de otro está justificada cuando peligra la estabilidad del sistema. La colaboración entre Checoslovaquia y la URSS está basada, según Pravda, en el marxismo-leninismo y el ínternacionalismo proletario.

No sólo Gustav Husak ha recibido alabanzas por parte de la URSS. El polaco Wojciech Jaruzelski fue mencionado positivamente por el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Edvard Shevardnadze.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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