Una victoria personal de Cavaco Silva
Las elecciones municipales portuguesas han sido una victoria personal de un hombre, Aníbal Cavaco Silva, de 46 años, presidente del Gobierno y del PSD, quien, cuatro semanas después de su entrada en funciones como primer ministro de un Gobierno minoritario, aparece como la única personalidad cuyo prestigio se ve confirmado y reforzado.En contra de las predicciones de los socialistas, Aníbal Cavaco Silva no fue castigado electoralmente por las medidas, algunas necesariamente impopulares, que tomó su Gobierno: incrementos promedio del 14%. en productos básicos de gran consumo, como el pan, la leche, la luz, el gas, el transporte, correos y teléfonos, y del 5% en combustibles. Un hecho que nunca había sido claramente demostrado es ahora indiscutible: el centro-derecha portugués ha encontrado en el actual primer ministro un líder capaz de acabar con la nostalgia de Francisco Sá Carneiro, desaparecido ahora hace cinco .años en accidente de aviación
Incuestionablemente, Cavaco Silva, un economista que se jacta de ser uno de los escasos políticos portugueses que no han estudiado leyes, vive las horas más dulces de su vida política, después de que el pasado mes de mayo abandonara su ostracismo en las filas socialdemócratas para pasar a ocupar la dirección del partido.
Al contrario de lo que ocurre en el centro-derecha de Portugal, la izquierda aún no ha encontrado su figura representativa. La abstención en este sector del electorado favorece al partido comunista, apoyado en la línea de resistencia de los sectores más politizados del electorado urbano.
En el plano interno de su propio partido, Cavaco Silva ha ganado una batalla importante contra los partidarios de la gran derecha, que en los últimos días habían redoblado sus ataques contra el líder socialdemócrata porque entabló el diálogo con los sindicatos comunistas.
También le reprochan su escaso entusiasmo hacia una alianza con los socialistas que permitiera acorralar a los comunistas y asegurar el pase de Mario Soares a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en febrero próximo. Soares sería, bajo esa óptica, un demócrata más capaz que el ex presidente del Centro Democrático Social, Diogo Freitas do Amaral, de vencer al candidato apoyado por Antonio Ramalho Eanes y los comunistas, Francisco Salgado Zenha.
Si Mario Soares tenía aún alguna ilusión de conquistar votos socialdemócratas en la jornada electoral del 26 de enero, estas ilusiones quedaron destruidas el domingo. También quedó puesta de manifiesto la disciplina y cohesión del electorado comunista, y este hecho pesará mucho en la estrategia presidencial de la izquierda, porque ningún candidato de izquierda puede aspirar a disputar la segunda vuelta sin el respaldo del partido de Álvaro Cunhal.
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