El conflicto de Chad, centro de la 'cumbre' franco-africana
El problema de Chad ha ocupado el primer plano de las preocupaciones de los participantes en la conferencia de jefes de Estado de Francia y de África, cuya edición número 12 terminó anoche en París, en la Geode, la sala de cine ultramoderna de la Ciudad- de las Ciencias y de la Industria de la Villette, símbolo de la tecnología francesa. Al final de una última sesión plenaria, el presidente francés, François Mitterrand, dio una conferencia de prensa en la que se mostraba especialmente satisfecho de esta nueva cumbre franco-africana y seguramente dispuesto a trasladarse el año próximo a Lomé (Togo), sede de la próxima conferencia. Mitterrand ha recibido, con aparente modestia, el título de el africano.
Sobre Chad, el presidente Mitterrand ha sido, como en su discurso del jueves, preciso y al mismo tiempo lo suficientemente vago para no atarse las manos. Preciso al recordar que no había tratado de cooperación militar con Chad; preciso también al indicar qué ésta no era la única razón de la intervención de Francia, pues existían lazos de amistad con este país y una cierta "responsabilidad política" de garantizar su independencia y la integridad de su territorio.Al mismo tiempo, Mitterrand repite que Francia no es enemiga de Libia, pero recuerda que el acuerdo firmado con Muammar el Gaddafi suponía la retirada de todas las tropas extranjeras del territorio. Francia ha cumplido sus compromisos; el coronel Gaddafi no, ya que sigue habiendo una presencia militar libia en el norte del territorio.
Respecto a cuándo llegará el momento de una nueva intervención francesa, Mitterrand se mostró evasivo. Parece claro que una acción al sur del paralelo 16 de las tropas libias desencadenaría una réplica francesa. Sin embargo, el presidente francés insistió en que, como en otros conflictos regionales, correspondía a los países africanos solucionar sus propios problemas.
Respecto al Sáhara occidental, la presencia del rey Hassan II de Marruecos no parece haber dado resultados especialmente positivos. En sus intervenciones, Mitterrand ha vuelto a recordar los principios que inspiran la acción francesa: la autodeterminación de los pueblos, que se aplicaría al pueblo saharaui a través de un referéndum bajo control internacional. El presidente reconoce que, para llegar a este punto, es preciso un acuerdo previo entre las partes interesadas.
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