Cuatro compositores españoles
El programa presentado por el Ballet Nacional ofrecía indudable interés desde el punto de vista musical. Volvimos a escuchar Laberinto una de las más bellas obras de Xavier Montsalvatge. A lo largo de tres movimiento perfectamente coherentes, el compositor de Gerona construye una partitura de gran riqueza plástica y gestual gracias a la inventiva instrumental y rítmica.Ciertas alusiones o acercamientos popularistas adoptan un aire sumamente sutil: suena el ritmo y la percusión del martinete o se desarrolla la tercera parte sobre el esquema del zapateado, pero el lenguaje no es nacionalista sino muy personal. Supera el eclecticismo de obras anteriores, pues lo que antes podía entenderse como compromiso con muchos en esta importante obra se torna libertad frente a todos. Música de gran belleza, bien servida por la ejecución de la Sinfónica bajo la dirección de Jorge Rubio.
Eran nuevas las transcripciones instrumentales realizadas por Miguel Ángel Coria de seis sonatas de Scarlatti, contando con algunos de los descubrimientos recientes de Antonio Baciero. Muy difíciles por la desnudez del tratamiento, el transcriptor no ha eludido los acentos hispanistas de no pocos momentos, a pesar de utilizar una orquesta sumaria entre barroca y clásica. El reencuentro con la Danza Novena de Granados nos recordó la maestría de Ernesto Halffter, que al orquestar es capaz, como los verdaderamente grandes, de ser fiel a la letra y al espíritu y, al mismo tiempo, mostrarse creativo.
En fin, la Francisquita, orquestada con brillantez y talento por Antón García Abril, tan acertada en todos los aspectos, supone una interesante aportación al mundo de la zarzuela, como no se hacía desde los trabajos realizados en Londres por Roberto Gerhard sobre originales de Barbieri.
