Interpelación comunista sobre el futuro de Las Ventas

El Grupo Comunista de la Asamblea de Madrid ha presentado una interpelación parlamentaria sobre los propósitos del Consejo de Gobierno acerca de la política taurina y de la futura explotación de la plaza de toros de Las Ventas. Dicha interpelación se centra en las razones que han obligado a abandonar los objetivos y planes anunciados y promovidos por el propio Consejo de Gobierno respecto al sistema de explotación directa del coso, y pregunta qué papel se reserva a Las Ventas en la futura política taurina de la Comunidad de Madrid.

El comunista Lorenzo Hernández, vicepresidente de la Mesa de la Asamblea y vicepresidente de la Comisión de Asuntos Taurinos, al parecer ni siquiera ha sido informado de que se va a convocar concurso para la explotación de la plaza. Tampoco conoce, por lo menos de forma oficial, el proyecto de pliego de condiciones, que es peligrosamente regresivo en lo que concierne a la promoción del espectáculo.La estipulación que define la temporada se ha redactado de tal forma que deja al arbitrio del adjudicatario iniciarla cualquier día de marzo y terminarla cualquier día de octubre, lo que le brinda la posibilidad de acortarla prácticamente dos meses si ése es su particular interés. Coincide esta sorprendente permisividad con la opinión de Manuel Chopera -el más firme candidato a empresario de Las Ventas-, que no es partidario de organizar festejos en los meses de marzo y octubre, pues los considera deficitarios.

La adjudicación de Las Ventas se haría por temporadas completas -un mínimo de tres-, de forma que el empresario puede resarcir con creceslas pérdidas de unos festejos con los beneficios de otros, que son particularmente cuantiosos durante la feria de San Isidro. La Comunidad de Madrid anunció en su día que la fórmula de explotación del coso la daría a conocer al terminar la feria de San Isidro de 1985, y posteriormente fijó nuevas fechas, que no cumplió.

A punto de finalizar el año, se sabe que convocará concurso, pero aún no lo ha hecho, y hay riesgo de que el desarrollo del mismo, sujeto a plazos que marca la ley, obligue a retrasar el comienzo de la temporada, lo cual favorecería a quienes desean y permiten la reducción del número de festejos y acortamiento de la temporada.